Redescubrir el valor de la confesión

Verónica Montiel es de Buenos Aires (Argentina). Estudia filosofía y trabaja en la biblioteca de la Universidad Nacional de la Plata.

Siempre había tomado la religión como una materia más, como filosofía, geografía o historia. Tenía concepciones materialistas muy arraigadas y estaba convencida de que la justicia social y la libertad de los trabajadores llegarían por medio de una revolución que aboliría las clases sociales.

Conocer las enseñanzas de San Josemaría fue dar un giro de 180°. Entendí que ninguna revolución es posible sin ese sí libérrimo que cada uno puede dar a Dios

Cuando empecé a asistir a medios de formación cristiana, una de las cosas que más me llamaron la atención fue la alegría y buen humor de las personas que encontraba; me resultaba bastante incomprensible. Con el tiempo redescubrí el valor de la confesión, una "herramienta" indispensable para seguir de cerca a Jesús, reconciliarnos con Él y mantener en el corazón esa alegría que proviene de Dios. Me llené de deseos de mostrar que ‑con la gracia de Dios y mi esfuerzo‑ es posible cambiar esta sociedad por otra más justa.

(Testimonio extraído del folleto informativo "La alegría de los hijos de Dios" de Alberto Michelini)