Al inicio no me interesó el Opus Dei. Pero poco a poco entendí que era una gran oportunidad para servir a Dios.
Finalmente, en 1961 fui admitido en la Obra. Pronto, en mi familia -soy el hermano mayor y debía cuidar de los demás-, surgieron algunos problemas, como a veces ocurre.
En 1972 estaba con San Josemaría y él me preguntó: "¿Cómo está tu familia?". Le dije: "Padre, no me entienden. Quieren una vida diferente para mí". Él me miró a los ojos y me dijo: "Es culpa tuya". Yo me quedé un poco sorprendido.Así que pensé sobre esas palabras en la oración. Luego fui a ver a mi familia y les dije: "El Padre me ha dicho que os pregunte si necesitáis algo de mí". Y ellos sonrieron.
Después, todo mejoró. Mi familia cambió totalmente. Ése es el mensaje del Opus Dei: Sé afectuoso con tu familia y ayúdales como Dios te ayuda a ti.
Vídeo de Catholic News Service.