Proyectos apostólicos de San Josemaría (1936)

José Carlos Martín de la Hoz, Miembro de la Academia de Historia Eclesiástica, describe la vida, los proyectos apostólicos y la actitud con que afrontó estos difíciles años de la Guerra Civil Española.

El principal proyecto de San Josemaría era la formación personal de cada una de las personas que dirigía espiritualmente, a las que pedía santidad personal y vibración apostólica. Era consciente de que Dios le había confiado esas almas y sentía la responsabilidad de que ninguna se perdiera por desidia o inconstancia.

San Josemaría procuraba descubrir a quienes trataba la importancia que tiene para la santidad y el apostolado el trabajo realizado con perfección. Este espíritu calaría hondo en el alma de muchos de aquellos jóvenes y, pasado el tiempo, lo llevarían a los más variados ambientes en los que desempeñarían su profesión. Pues, como resalta el Prof. Illanes, este es un ideal que subyace a toda la Obra de Mons. Escrivá de Balaguer: aspira a formar hombres, a formar cristianos, y a formarles a fondo[1].

Por otra parte, los proyectos e iniciativas apostólicas que Dios le mostraba en su meditación, le llevaban a rezar y mortificarse, y a pedir oraciones a muchas personas, a quienes contagiaba esos dilatados horizontes de amor de Dios y de expansión apostólica. Aquellos hombres y mujeres, jóvenes y mayores, vibraban con él.

Los residentes de Ferraz, muchos de los cuales no pertenecían al Opus Dei, eran partícipes de los ideales de San Josemaría, por los que ofrecían a Dios horas de estudio y pequeños sacrificios. Así, por ejemplo, conocían y rezaban por la próxima apertura de las residencias de París y Valencia, por los viajes que se hacían para tantear el terreno en otras capitales españolas, etc.

El Fundador del Opus Dei había ido preparando las personas a las que confiaría esos primeros pasos de expansión apostólica. Así el director de la Residencia de la calle Ferraz 50, el arquitecto Ricardo Fernández Vallespín, se trasladó con Francisco Botella, a finales de junio de 1936, a Valencia, donde le sorprendió la guerra civil cuando estaba a punto de firmar el alquiler de la casa en la que preveía abrir la nueva residencia de estudiantes.

El ingeniero Isidoro Zorzano, a su vez, cambió su puesto en los Ferrocarriles Andaluces por el de director de la Residencia de la calle Ferraz.

Otros muchos proyectos estaban en el alma de San Josemaría en aquellos años, pero sabía que debía ir al paso de Dios.

Resulta significativo que el comienzo de la Guerra Civil en Madrid sorprendió a los miembros del Opus Dei mientras estaban instalando cortinas y cuadros en la nueva Residencia de Ferraz 16. El 20 de julio de 1936 debieron terminar bruscamente sus quehaceres, pues comenzó el asalto al vecino Cuartel de la Montaña.

           

A. VÁZQUEZ DE PRADA,El Fundador del Opus Dei, ed. Rialp, Madrid 1997, Vol. I, pp. 495 y ss.

J.C.MARTÍN DE LA HOZ-J.REVUELTA SOMALO, Un estudiante en la Residencia DYA. Cartas de Emiliano Amánn a su familia (1935-1936), SetD 2 (1008) 299-358.

[1] José Luis ILLANES, La universidad en la vida y enseñanza de Mons. Escrivá de Balaguer, en AA. VV, La personalidad de Mons. Escrivá de Balaguer, ed. Eunsa,, Pamplona 1994, p. 107.