Pronto un nuevo santo

El Beato Josemaría Escrivá de Balaguer recibió la misión de difundir algo tan sencillo y tan importante como la vocación universal de todos los cristianos a la santidad y la posibilidad de santificarse en las ocupaciones de la vida ordinaria.

Mons. Fernando Sebastián

En Navarra hemos recibido con alegría la noticia de que el Santo Padre ha firmado el decreto por el que se reconoce la existencia de un milagro atribuido a la intercesión del Beato Josemaría Escrivá de Balaguer. Una vez superada esta exigencia, que es rigurosamente comprobada por varios tribunales de peritos, el Santo Padre, en un Consistorio Público, fijará la fecha de la canonización.

El Beato Josemaría estuvo varias veces en Pamplona, aquí desarrolló una de sus obras más importantes y queridas, la Universidad de Navarra en la que se instruyen científica y profesionalmente, con una clara y firme conciencia católica, varios miles de universitarios. Al amparo de la Universidad han crecido instituciones importantes como la Clínica Universitaria de reconocido prestigio internacional.

Más importante que todo esto es el gran número de fieles cristianos de nuestra Iglesia de Navarra que viven su vida cristiana con la ayuda de las enseñanzas del Beato Josemaría y la asistencia de la Prelatura del Opus Dei. Para ellos y para todos los cristianos de Navarra la próxima canonización del Beato Escrivá de Balaguer será causa de gran alegría y de nuevo impulso para la santificación y el apostolado.

El acto de la canonización de fiel cristiano tiene una importante significación para toda la Iglesia. El Santo Padre, en ejercicio de su ministerio universal y de su magisterio infalible, presenta la vida de un cristiano como fiel discípulo de Jesucristo, ejemplo valioso de santidad cristiana, digno de imitación y capaz de interceder por nosotros desde el Cielo.

El Beato Josemaría Escrivá de Balaguer recibió la misión de difundir algo tan sencillo y tan importante como la vocación universal de todos los cristianos a la santidad y la posibilidad de santificarse ejercitando heroicamente las virtudes teologales en las ocupaciones de la vida ordinaria, en la vida familiar y en el ejercicio de la vida profesional, todo ello guiado y transfigurado por la caridad cristiana.

Este mensaje es provechoso no sólo para los miembros de la Prelatura, sino para todos los cristianos que por los sacramentos del Bautismo y de la Confirmación han sido vinculados a Cristo y son enriquecidos por el don del Espíritu Santo. La sociedad necesita, ahora como siempre, cristianos fervorosos y heroicos que manifiesten la bondad de Dios y la hermosura de la humanidad redimida a ras de tierra, en una vida familiar santa, en el ejercicio desprendido y caritativo de la vida profesional y en el desarrollo de una convivencia social sustentada en la verdad y en el amor. De este modo los cristianos están llamados a ser el oxígeno y la salud espiritual del mundo en que vivimos.

Es posible que con el Beato Josemaría sean también canonizados otros beatos, como el Padre Pío o el indio Juan Diego. Estas canonizaciones muestran la vitalidad de la Iglesia, la actualidad del evangelio de Jesucristo, la acción poderosa del Espíritu de Dios en nuestro mundo.

Todos estamos llamados a la santidad y el apostolado. Que el nuevo santo nos aliente a todos a responder generosamente a las llamadas del Señor, viviendo santamente, en comunión con la Iglesia universal y local, en la piedad y en el amor del prójimo. Esta buena noticia viene a enriquecer la Buena Noticia de la Navidad, fuente de alegría y esperanza para toda la Iglesia y para la humanidad entera.

Mons. Fernando Sebastián (Arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela) // Diario de Noticias y Diario de Navarra