Nuevo feminismo, una riqueza para la sociedad

La mujer aporta, desde su complementariedad con el hombre, una incalculable riqueza a la sociedad. Esta apreciación del feminismo, apuntada hace muchos años por el beato Josemaría Escrivá, centró una interesante actividad del Foro Bidasoa (Irún).

La titular de Filosofía del Derecho de la Universidad de Navarra, Ángela Aparisi, contempló el futuro de la mujer a partir del mensaje cristiano del beato Josemaría, en un acto organizado por el Foro Bidasoa, con motivo del Centenario del Fundador del Opus Dei.

Josemaría Escrivá habló en numerosas ocasiones de la función de la mujer en la Iglesia y en la sociedad y, según Ángela Aparisi, resulta sorprendente hasta qué punto se adelantó a su tiempo. Es posible comprobar que sus líneas maestras se encuentran en concordancia con las concepciones más actuales y más coherentes del nuevo feminismo".

"Comprendió en profundidad -prosiguió la ponente- la importancia del papel de la mujer en la sociedad actual, su riqueza y su específica aportación, lo que Juan Pablo II denomina 'el genio femenino'. Supo ver que el futuro de la Iglesia está, en gran medida, en manos de la mujer. Pero al mismo tiempo no cayó en los excesos y reduccionismos de algunos movimientos feministas que se han ido sucediendo en el tiempo".

Ante el hombre, igualdad y diferencia

Para esta profesora de Derecho, el Fundador del Opus Dei defendió que sólo una postura que sepa reconocer la complementariedad del varón y la mujer puede realizar una aportación realmente positiva a la sociedad.

En cuanto a la participación de la mujer en la vida pública, la conferenciante citó unas palabras del beato Josemaría: "Una sociedad moderna, democrática, ha de reconocer a la mujer su derecho a tomar parte activa en la vida política, y ha de crear las condiciones favorables para que ejerciten ese derecho todas las que lo deseen".

En este sentido, el fundador de la Obra, según Aparisi, "rechazó la existencia de una contraposición entre el ámbito privado y el público. Comprendió que pretender enfrentar estas dos dimensiones de la vida de la persona es una equivocación" Y recordó que el beato Josemaría afirmaba que el hogar y la familia ocuparán siempre un puesto central tanto en la vida del hombre como en la de la mujer.

Para finalizar destacó que esa participación de la mujer se extiende también a la vida de la Iglesia: "Si se exceptúa la capacidad jurídica de recibir las sagradas órdenes –distinción que por muchas razones, también de derecho positivo, considero que se ha de retener- pienso que a la mujer han de reconocérsele plenamente en la Iglesia –en su legislación, en su vida interna y en su acción apostólica- los mismos derechos y deberes que a los hombres: derecho al apostolado, a fundar y dirigir asociaciones, a manifestar responsablemente su opinión en todo lo que se refiera al bien común de la Iglesia".