“Las enseñanzas de Benedicto XVI sobre la Eucaristía me alientan en mi trabajo pastoral”

Víctor Sánchez Lado, es párroco en Santiago de Compostela y pertenece a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz

Representación teatral de preparación a la Navidad 2006 con inmigrantes en la Parroquia de San Cayetano

Soy párroco de San Cayetano en Santiago de Compostela, donde llevo 36 años. Pertenezco a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, y conocí el espíritu del Opus Dei poco antes de ordenarme, en 1960, con 23 años. Ese espíritu reforzaba lo que deseaba vivir desde siempre. Desde el principio, cuando me dormía en los laureles me ayudaban a descubrir nuevos horizontes con los consejos de la dirección espiritual o con lo que escuchaba en los medios de formación.

Hace dos años un amigo me sugirió la posibilidad de trabajar pastoralmente con los inmigrantes. Poco a poco me fui entusiasmando con la idea y comencé a hacer planes. Pensé que ya existían instituciones que se ocupaban de sus necesidades materiales. Lo que muchos necesitan es calor humano y acompañamiento espiritual, un estímulo que les ayude y conforte en sus primeros años en el nuevo país, cuando más difícil resulta adaptarse a la mentalidad y las costumbres. Conozco bien la situación  de muchos de ellos: al principio se encuentran  muy solos, sin amigos y con grandes dificultades para integrarse.

A la primera reunión vinieron unas cuarenta personas, latinoamericanos en su mayoría. El programa era sencillo: tras una charla sobre algún aspecto de la vida cristiana, almorzábamos juntos, por el sistema de buffet. Quedamos en reunirnos un sábado de cada mes, y desde entonces se han ido sucediendo muchas cosas hermosas: bautizos, bodas, peregrinaciones, etc.

Santiago de Compostela

Otro faceta que me encanta de mi trabajo son las visitas a los enfermos. Son muy agradecidos y me dan un ejemplo constante de paciencia y oración. Les pido que recen por las necesidades de la parroquia y del mundo entero y estoy seguro que el Señor escucha especialmente su oración de expiación.

De vez en cuando organizamos peregrinaciones en la parroquia a santuarios marianos, como Lourdes,  Fátima o Torreciudad, a las que suelen asistir, como promedio, medio centenar de personas. Son unos días de convivencia inolvidables, en los que procuro ayudarles para que mejoren en su vida de oración y en su trato personal con el Señor, mientras visitamos monumentos y contemplamos la belleza de diversos parajes.

Me ha ayudado mucho un documento reciente de Benedicto XVI en el que el Papa subraya la importancia que tiene la parroquia como comunidad centrada en la Eucaristía. Esas enseñanzas me alientan en mi trabajo pastoral cotidiano: la Misa dominical y diaria, las devociones eucarísticas, y especialmente, la exposición y adoración del Santísimo Sacramento que cuidan las mujeres de una asociación piadosa, las Marías de los Sagrarios.