«Atender a la infancia en zonas rurales no me acerca al Premio Nobel pero sí a muchos niños que necesitan un médico»

«Somos muchos los africanos que dedicamos nuestras vidas a promover la igualdad básica entre niñas y niños. Mi deseo es que puedan vivir sanos y tengan la oportunidad de continuar una cadena de servicio ciudadano», afirma Irene Kyamummi, la anestesista ugandesa que acaba de ser galardonada con el Premio Harambee 2020 a la promoción e igualdad de la mujer africana.

ABC «Atender a la infancia en zonas rurales no me acerca al Premio Nobel pero sí a muchos niños que necesitan un médico»

Una mujer fuera de serie, capaz de transformar el mundo. Así es Irene Kyamummi, la anestesista ugandesa que acaba de ser galardonada con el Premio Harambee 2020 a la promoción e igualdad de la mujer africana. Esta joven médica cambió hace una década su prometedora carrera profesional en el hospital público más importante de Uganda por un dispensario en una zona rural de Kenia.

«Sé que con esta decisión no me acercaba al premio Nobel pero me acercaba a niños que necesitan un médico», aseguró este jueves la doctora Kyamummi, durante su comparecencia ante los medios para agradecer este galardón que desde hace algunos años patrocina el laboratorio René Furterer.

Cincuenta y cinco de cada mil niños que nacen en Uganda mueren antes de su primer año de vida. Las dificultades para acceder al sistema sanitario y la falta de médicos abocan a la infancia a una muerte segura. Además tres de cada cinco menores sufren desnutrición y dos millones tienen retrasos en el crecimiento.

Muchas de las muertes de los niños se deben también a problemas psicosociales, a adicciones en los padres, al maltrato infantil y a la falta de conocimiento y cuidados básicos de higiene.

Consciente de esta dura realidad que afecta también a la infancia de otros países africanos, Irene Kyamummi se incorporó en 2010 a la fundación Kianda para llevar adelante en Limuru, una localidad rural de las afueras de Nairobi, el proyecto Child Health Project (CHEP), cuya meta era disminuir la mortalidad infantil afrontando la malnutrición y la falta de hábitos saludables entre la población.

Su trabajo en favor de la prevención de enfermedades infantiles, la formación de los docentes para atender las emergencias en los centros escolares y la atención temprana no tardó en dar «resultados sorprendentes». «Hemos conseguido atender a 5.000 niños. Eso tiene un impacto enorme. Aún no tenemos estadísticas del alcance concreto de nuestro trabajo en la mejora de los porcentajes de mortalidad infantil, pero puedo asegurar que se han salvado muchas vidas. Además muchos profesores nos han dicho que el absentismo ha disminuido y ha mejorado mucho el rendimiento en clase».

El dato es significativo teniendo en cuenta de que solo el 67 por ciento de los alumnos termina la Primaria y solo un 2 por ciento completa la secundaria porque los niños deben trabajar o ayudar en casa.

Para esta médica conseguir una infancia sana es una garantía de futuro para los países africanos. Por eso ahora su próximo reto es replicar esta experiencia en su país natal, Uganda. «En Kampala no tenemos aún dispensario, comenzaremos en los espacios que nos faciliten las escuelas, pero con la ayuda de Harambee esperamos tener pronto una consulta que nos permita centralizar el trabajo y facilitar la atención».

Para hacer realidad este proyecto Kyamummi se encuentra estos días en España buscando apoyos. «Soy consciente de que África será todo lo que las mujeres africanas queramos y consigamos con nuestro esfuerzo. Los países del África Subsahariana tienen la tasa de emprendimiento más alta del mundo, y es la única región en la que las mujeres están más dispuestas a emprender que los hombres», apuntó.

La doctora Irene Kyamummi nació en Kampala y pertenece a la tribu Baganda que, con tres millones integrantes, conforma el grupo étnico más grande de Uganda. Gracias a una beca del Gobierno, Kyamummi consiguió entrar la Universidad de Makere, localizada a las afueras de la capital. En 2019 obtuvo su doctorado en Anestesia y Cuidados Intensivos.

«Somos muchos los africanos que dedicamos nuestras vidas a promover la igualdad básica entre niñas y niños. Mi deseo es que puedan vivir sanos y tengan la oportunidad de continuar una cadena de servicio ciudadano», apuntó.

Laura Daniele

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