Breves apuntes de las conferencias

Con motivo del 70 aniversario del Opus Dei en Valladolid se celebró el pasado sábado una Jornada sobre “Fe y Mundo” en el Centro de Congresos de la Feriade Muestras de Valladolid. En el acto intervinieron Pablo Pérez, profesor titular de Historia Contemporánea de la Universidad de Valladolid; Paola Binetti, diputada del Parlamento italiano; y Juan Manuel Mora, Vicerrector de la Universidad de Navarra.

Pablo Pérez

El 30 de noviembre de 1929 el Fundador del Opus Dei llegaba en tren a Valladolid una noche de espesa niebla. Al día siguiente se reunió con varios universitarios de la ciudad en la habitación de un hotel. Así comenzó la labor apostólica del Opus Dei en Valladolid. San Josemaría Escrivá planteaba a aquellos inquietos estudiantes un mensaje revolucionario para la época: la llamada universal a la santidad. Les explicaba que debían vivir su fe con una mentalidad católica universal, con amplitud de horizontes, con un afán recto y sano capaz de renovar las doctrinas tradicionales según las actuales circunstancias del pensamiento filosófico y de las nuevas estructuras sociales y modos de vida.

En su pormenorizada exposición, el historiador Pablo Pérez señaló que, aunque San Josemaría no residió establemente en Valladolid, visitó la ciudad en 61 ocasiones. Se refirió también a algunos testimonios de especial relieve histórico de los primeros vallisoletanos que se pusieron en contacto con el Fundador.

Por su parte, la diputada del Parlamento Italiano, Paola Binetti , manifestó que lo que importa es «ser constructores de paz en todos los ambientes y en todos los tiempos», porque sin paz y sin desarrollo no se puede poner al hombre en el centro de toda actividad humana con sus exigencias y dignidad. Para Binetti, una mujer valiente, capaz de plantar cara y decir lo que es como es, «La vida, la familia y la instrucción» son los tres valores «no negociables» para los católicos en los que «no se pueden hacer cesiones». Animó a soportar la «infinita presión social» que sufren los católicos como «minoría», más aún en un una sociedad que, a nivel global, cada vez tiende más a la «secularización», especialmente «anticlerical». La parlamentaria italiana reclamó «coherencia» y reconoció que «siempre va a suponer problemas muy complejos» para un católico que se dedique a la política «porque no hay ningún partido que pueda realizar el ideal católico completo».

Paola Binetti

Subrayó igualmente “que lo que hace falta ahora mismo es defender la vida con inteligencia técnica y científica, con solidaridad, creatividad y plena fidelidad a la Ética de la vida”. Para la política italiana no hay duda: “es necesario denunciar toda acción que atente contra la vida humana, cualquiera que sea su origen o motivación”.

Juan Manuel Mora , que fue máximo responsable de la dirección de Comunicación del Opus Dei en Roma y ahora Vicerrector de Comunicación de la Universidad de Navarra, afirmó que pocas instituciones tienen el prestigio de la Iglesia Católica. Los pontificados del siglo XX y el de Benedicto XVI son deslumbrantes. “Además del propio mensaje cristiano, en el Opus Dei no tenemos una visión pesimista de la sociedad, porque ese es nuestro terreno y carisma. Nos encontramos muy cómodos en la sociedad democrática y laica, en la que las propias convicciones pueden y deben exponerse con razonabilidad y no imponerse”, señaló.

“Muchos pensamos –señaló- que bastantes de las iniciativas que actualmente chirrían con el sentir cultural, religioso y social de los cristianos occidentales intentan ser respuestas a problemas verdaderos: la pobreza, las crisis laborales, la marginación de la mujer, la discriminación, los atentados contra la dignidad humana, las pandemias… son problemas reales, que nos preocupan y que compartimos”.

“Dentro de la Iglesia, el Opus Dei tiene una propuesta original de evangelización. Comprendemos perfectamente la autonomía de las actividades humanas, el respeto de la sociedad democrática y por eso insistió tanto san Josemaría en la mentalidad laical. Como cristianos laicos del siglo XXI nuestro papel es contribuir al bien social en el profundo respeto a la libertad y a la dignidad humana y con el trabajo profesional bien hecho y entendido como servicio. Además es necesario que sepamos exponer este mensaje con relevancia, con claridad, con coherencia, con pasión y, sobre todo, con caridad”, indicó.

Según Mora, “los cristianos no podemos dedicarnos a derrotar a supuestos o reales enemigos, sino a transmitir soluciones a los problemas del mundo. Como a san Josemaría, nos interesa encontrar puntos de acuerdo, compartir, escuchar, no sentirnos antinada ni antinadie. Debemos aprender a volver a mostrar el rostro amable del cristianismo, en el diálogo social y en el diálogo personal. El mundo de la cultura, de la moda, de la ciencia, de las leyes… todo eso no lo cambian los cardenales, sino sus propios protagonistas, si son buenos profesionales, mujeres y hombres a la medida también del corazón compasivo de Cristo”.