"Acostumbrado a vivir con el cinturón más o menos apretado"

Pablo tiene cinco hijos, trabaja en la Administración Pública y "como a todo el que tiene hijos pequeños lo que más me preocupa es su educación. Han de aprender a usar su libertad de manera responsable: acertar y equivocarse"

En Pirineos

Estudió Derecho en la Complutense, aunque "pasaba bastante más tiempo en la biblioteca de la Autónoma, porque allí estudiaba mi novia". Se casó con aquella chica, y ahora viven en Madrid y tienen cinco hijos: el mayor pronto cumplirá 8 años. Él va por la ciudad en un "scooter" coreano de 125 cc., trabaja como "personal laboral al servicio de la Administración del Estado" y ella es abogada especialista en el ámbito bursatil. "Sí, ella gana más que yo, trabaja más que yo, lleva la casa, las “finanzas familiares”, está en todo y lo hace fenomenal; yo hago lo que puedo. Por ejemplo, cocino bastante, y a veces bien, o al menos eso dicen mis hijos, sobre todo cuando les pongo perritos calientes con ketchup, o macarrones –también con ketchup- claro".

Con mi mujer en Roma

Por supuesto que les preocupa la crisis económica, por supuesto que tienen una hipoteca hasta el año 2040 y por supuesto que "si estás acostumbrado a vivir con el cinturón más o menos apretado, a pasar la mayor parte de las vacaciones en Madrid, a saber disfrutar de todos los juegos que puedes hacer con un simple montón de arena, pues no echas de menos ni la abundancia, ni los parques temáticos. Pienso que la felicidad no está en las cosas sino en hacer felices a las personas".

Tres de mis hijos en la nieve

Si le preguntas por lo que más le preocupa no menciona primero el Euribor sino que rápidamente habla de la educación de sus hijos: "Arantxa y yo participamos en todo tipo de actividades relacionadas con la educación y la orientación familiar, como profesores o como alumnos, en los colegios de nuestros hijos; pero sobre todo, a lo que procuramos dedicar más tiempo es a estar con ellos, para conocer bien a cada uno, darles buen ejemplo, resolver sus dudas... Y no están en una edad en la que muestren un especial interés por los discursos.

Con mi hija

Educar a los hijos en libertad es apasionante: no puedes sustituirles a la hora de tomar sus decisiones, han de aprender a usar su libertad, han de acertar y equivocarse... ¿Pero cómo se enseña a un niño a ir de la mano de los que no piensan como él? ¿Cómo se consigue que tenga un espíritu cristiano de servicio a los demás? En fin, que es todo un reto... y sin duda son el tipo de cosas que nos preocupan más que el Euribor, que también".