Historia de un amor apasionado por la Iglesia

Con la publicación del tercer tomo de 'El Fundador del Opus Dei' la editorial Rialp concluye la biografía sobre san Josemaría Escrivá que más da a conocer su vida íntima de relación con Dios.

Portada del tercer tomo de esta biografía de 2.200 páginas.

Tercer y último tomo de la biografía de san Josemaría Escrivá de Balaguer, en pluma y gracia del experto biógrafo Andrés Vázquez de Prada. Tercer y último tomo de la vida de un santo de ayer, de hoy y de siempre, con el que, y en el que, se palpa cómo la voluntad de Dios moldea el corazón de quienes le son fieles para beneficio y felicidad de muchos, de todos.

Tercer y último tomo de la apasionante vida de un hombre apasionado por Cristo, por la Iglesia, por el celo apostólico que le consumía, por el cuidado de sus hermanos, de sus queridos hijos; y también purificado por el sufrimiento, mucho sufrimiento por los tiempos, por sus tiempos, por los tiempos de la Iglesia; por los tiempos en los que la Obra de la que él fue instrumento privilegiado, no era bien entendida, conocida y reconocida.

No acierto a saber si una buena biografía es la que responde a todas -a las más, si acaso- preguntas que el lector se hace sobre la vida en texto y contexto del santo biografiado, o si es la que, más que responder a las preguntas del lector, tiene la alta misión de que éste se haga en cada página un centeno de nuevas preguntas sobre lo que discurre por el pensamiento.

Porque este último tomo de la biografía del Fundador del Opus Dei bien pudiera titularse 'Historia de un amor apasionado por la Iglesia', y no siempre, ni sólo, correspondido.

No me referiré al capítulo, ya de por sí ejemplificador, del tortuoso camino en la búsqueda de la figura canónica que respondiera a la naturaleza de esta siempre nueva Obra de Dios. Ni tampoco a la intrincada historia de la ideación y fundación de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, sorprendente en muchos aspectos, y delicadamente abordada por Vázquez de Prada hasta el citado extremo de referirse constantemente a "una determinada persona cuyo comportamiento no parece razonable", que impedía sistemáticamente el placet a esta nueva Facultad y cuyo nombre no aparece si quiera a pie de página.

Pero lo que más interesa de esta biografía es el dolor por la Iglesia, por la Iglesia del Postconcilio, por la Iglesia que quiso ser otra cosa, suponemos que además de Iglesia. Son las páginas 491 a 633, un curso, unos ejercicios, una meditación del más auténtico 'sentire cum Ecclesia'. En estas páginas se abren los horizontes de una santidad acrisolada con la indiferencia de los de dentro del estamento eclesiástico, y el desprecio de los de fuera.

En esas páginas, el lector se enfrenta a la cruda realidad de una época, de la historia reciente de la Iglesia en la que algunos métodos de control personal y social se muestran a muchos años luz de los efectos del látigo de la indiferencia.

Y allí, en esas páginas, sí que se dan algunos nombres, y se sugieren muchos otros. Porque la Historia no es sin los hombres, sin las personas. También la historia de la Iglesia, y la historia de la santidad. Razones de la indiferencia, algunas explicitadas, otras apuntadas. No creo que se deban todas a la situación política española. Son, quizá, más profundas. Pertenecen a la comprensión de la misión de la Iglesia, y al corazón de los hombres de la Iglesia.

José Fco. Serrano/ Alfa y Omega