Cuando es difícil creer que un niño venga con un pan bajo el brazo

Javier ha pensado siempre que los niños vienen con un pan debajo del brazo, pero con su quinto hijo, Álvaro, le llegó la duda: hace seis meses Javier hacía cola en el INEM de Jaén mientras su mujer daba a luz.

'La fe nos ayuda a ver más allá, pero no a resignarnos, sino que es un acicate para tener fuerza y no derrumbarte'.

Javier y Carmen están los dos en paro y no se distinguen de los millones de parados que hay en nuestro país, pero son optimistas y dicen que "el paro nos ha unido como matrimonio más que nunca". Y dice Javier que "el pan de Álvaro no lo hemos visto, pero lo veremos".

Javier es ingeniero de Caminos, jienense de 41 años, y Carmen es bióloga, de Fuengirola, y está en el paro después de trabajar cinco años en una comercializadora de aceite de oliva. Tiene 38 años y "cinco razones por las que seguir adelante, a pesar de los momentos tan duros". Esas razones son Ignacio, María del Valle, Javier, Julio y Álvaro, que tienen entre 8 años y 6 meses.

Javier tiene trabajos ocasionales, lo que sea, para salir adelante: "no se me caen los anillos, ahora comercializo productos, soy vendedor, a mediodía no vuelvo a casa para ahorrar gasoleo y almuerzo un bocadillo".

Carmen lamenta que con el paro "pierdes la dinámica del trabajo": "te quedas sin una base firme, todo se tambalea, y en medio de esa desilusión y bajón es cuando la fe te ayuda mucho a ser optimista, a luchar, a moverte más y más, a volcarte en los demás, a meter armonía en tu casa".

Javier y Carmen tienen 'cinco razones por las que seguir adelante, a pesar de los momentos tan duros: Ignacio, María del Valle, Javier, Julio y Álvaro, entre 8 años y 6 meses'.

Carmen y Javier han participado en el VI Simposio San Josemaría Escrivá "El trabajo como servicio", que se ha celebrado en Jaén este fin de semana, y destacan un texto que les llena de fuerza y realismo: "pon todos los medios humanos y todos los medios sobrenaturales" para salir de esta situación. En medio de la desilusión y de los apuros, "la fe nos ayuda a ver más allá, pero no a resignarnos, sino que es un acicate para tener fuerza y no derrumbarte".

Javier duerme más o menos, "el nudo en el estómago no te deja respirar" y con algún calmante vas tirando, "aunque por Carmen y los niños sacas fuerza para superar los bajones". La fe también les ayuda: "Estamos en las manos de Dios y hay que moverse en las circunstancias actuales, en lo que toca, aunque seamos de carne y hueso".