3. PASCUA 1958. UNAS FOTOGRAFIAS EN EL JARDIN

Biografía de MONTSE GRASSES. SIN MIEDO A LA VIDA, SIN MIEDO A LA MUERTE. (1941-1959) por José Miguel Cejas. EDICIONES RIALP MADRID

"A comienzos de abril -recuerda su madre- nos fuimos a Seva, como de costumbre, para pasar los días de Semana Santa allí. Yo estaba convencida de que en verano Montse se nos iba a Francia -aunque a ella no le habían dicho nada todavía: sólo tenía previsto irse a vivir aquel verano a un Centro del Opus Dei- y por eso quisimos aprovechar aquellas últimas vacaciones en Seva con nosotros para hacerle fotografías en el jardín de Villa Josefa, con el rosal al fondo. En ésta fotografía está junto a Manuel, con un gesto muy suyo..."

"Hubo que convencerla para que se dejase retratar. No era nada amiga de aquellas 'sesiones' fotográficas; o mejor dicho: era enemiga de todo lo que supusiese significarse... no le gustaba 'posar' y hacía gestos divertidos para que no la fotografiáramos; por eso en una de las fotos está muy salada, haciéndole burla a la cámara..."

"En esta fotografía que me hice con ella lleva colgada al cuello una medalla preciosa de la Virgen de Montserrat, con esmaltes, que diseñaron para la madre de Manuel, que también se llamaba Montserrat. Manuel me la dio a mí y yo se la regalé a Montse. Tiene una orla de rubíes y en el centro, alrededor de la Virgen, está representada toda la escolanía..."

"Pasamos en Seva unos días de Semana Santa especialmente entrañables, con un sabor agridulce de despedida. Por las tardes íbamos a los Oficios en Santa María".

Como reflejan bien las fotografías, la madre de Montse no dejaba de mirar a su hija: pensaba que aunque Montse no lo supiese todavía, muy posiblemente en cuanto se lo propusieran decidiría irse a Francia, y tardaría tiempo en volverla a ver...

Los días pasaron rápidos. Y el 5 de abril, Sábado de Gloria, como era costumbre en toda Cataluña, salieron grupos de niños cantando las "caramellas", unas canciones tradicionales de la Pascua florida:

Al.leluya

Ja sonen les campanes

El món es tot florit

Cantem en cor...

Las circunstancias concretas de la entrega de Montse como Numeraria del Opus Dei, indicaban que había sido llamada por Dios para vivir el celibato apostólico y que gozaba de una disponibilidad completa para sacar adelante las labores apostólicas del Opus Dei. Y esa disponibilidad plena significaba, para Montse, en aquel momento concreto, irse a vivir aquel verano a un centro para formarse espiritualmente según el espíritu del Opus Dei, y dejar de vivir materialmente con su familia, con la que aparece en esta fotografía.

Esto le costaba. Y le costaba mucho, aunque esa separación física de su familia no suponía una separación afectiva ni espiritual, sino todo lo contrario. Pero veía con toda claridad, que Dios le estaba pidiendo aquella separación. Y muy posiblemente sentía en su alma el eco de las palabras de Jesús adolescente en el Templo: "¿No sabíais que yo debo ocuparme en las cosas de mi Padre?"

Quería con toda su alma a sus padres. Pero por encima de ese cariño, estaba la Voluntad de Dios. "Quien ama a su padre y a su madre más que a mí..."

A sus padres aquella separación también les costaba, naturalmente. Los hijos se les iban yendo... Enrique ya estaba en el Seminario. Y ahora Montse, quizá, a Francia... Pero lo aceptaban con alegría: no se hacían "novelas rosas" con sus hijos; los habían educado para cumplir la Voluntad de Dios y ahora empezaban a recorrer libremente el camino que Dios les pedía. Y como padres cristianos, no deseaban otra cosa, por mucho que les costase -que les costaba- que ayudarles a recorrer con garbo ese camino.

"De todos modos -comenta su madre- yo, como la veía tan contenta con la idea de marcharse a vivir a un Centro del Opus Dei en verano, le decía de vez en cuando, de broma:

-Montse, estás deseando irte... ¡qué fresca!

-No, mamá -me contestaba, con una expresión tan dulce y con tanto cariño, que me hacía comprender lo verdadero de su vocación..."