Andrés Ollero, catedrático de Filosofía del Derecho y diputado, abrió las sesiones. "España -dijo- está llamada a experimentar, por la creciente inmigración, el mismo horizonte multicultural al que se abre ya toda Europa. Sólo una ética de la acogida, superadora del individualismo radical, podrá ayudar a abordar con sensatez y sin discriminaciones problemas sociales novedosos".

Recordó cómo "la Constitución, excluyendo todo planteamiento confesional, considera a la religión como un valor público merecedor de colaboración estatal, lo que excluye todo planteamiento laicista del Estado".

Pilar Lara, presidenta de la Fundación para la Promoción Social de la Cultura, habló sobre "La solidaridad en el beato Josemaría Escrivá", y expuso la necesidad de dar "prioridad a la educación en los procesos de desarrollo. No es posible combatir a fondo la pobreza si las personas carecen de educación".

El centenario de Josemaría Escrivá y la proximidad del Santuario de Torreciudad ayudaron a los asistentes a profundizar en la importancia de la religión en toda acción solidaria o caritativa.

Solidaridad es Caridad

En la mesa redonda multiconfesional, el Padre Ángel, premio Príncipe de Asturias por su trabajo en 'Mensajeros de la Paz', dijo que "la Iglesia católica ha sido pionera en iniciativas solidarias. Ahora le llamamos 'solidaridad', pero en el fondo estamos hablando de caridad, no hay que tener miedo a esa palabra". A su juicio, el reto de la sociedad española será la atención a los ancianos solos: "En Madrid han muerto veinte ancianos solos en los últimos tres meses. No lo podemos permitir".

Por su parte, Riay Tatary, presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de España, explicó que el Islam puede enriquecer la sociedad. "A Europa le falta una espiritualidad, y el Islam puede aportar algo a este vacío". Ante quienes esgrimen que las religiones son fuente de conflicto y guerras y no de acciones solidarias, señaló que "las religiones jamás conducen al conflicto cuando se viven verdaderamente" y lamentó que, en muchas ocasiones, se utilice "el paraguas de la religión" para lograr otros intereses.

Mariano Blázquez, secretario ejecutivo de la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España, dijo que las religiones sirven de acicate a las acciones solidarias porque subrayan de manera especial la "dignidad de las personas". La solidaridad es, a su juicio, un importante nexo entre las diversas confesiones.

ONG: alivian, pero no solucionan

Clausuró el encuentro organizado por Cooperación Social el director del IESE en Madrid, Juan José Toribio. El también ex director del FMI señaló que "las ONG alivian las necesidades de mucha gente, pero sería ingenuo pensar que van a solucionar el problema de la pobreza".

La solución, según Toribio, reside en tres claves: será necesario que los países en vías de desarrollo se involucren en la globalización económica; impulsen iniciativas empresariales serias; y, sobre todo, fomenten entre sus ciudadanos valores como la responsabilidad en el trabajo, el honor a la palabra dada, el cumplimiento de las obligaciones adquiridas, etcétera. Son, en definitiva, "valores que propaga el cristianismo".

El economista se mostró positivo en el análisis de la evolución de los países menos desarrollados: "En ellos, se concentra el 80 por ciento de la población mundial; la esperanza de vida media es de 62 años; el 30 por ciento son analfabetos; y, al menos 1.200 millones de personas, subsisten con un solo dólar al día. Esta situación es dramática, pero es incomparablemente mejor a la de hace 50 años".

Mons. Elías Yanes: compromiso personal

Finalmente, monseñor Elías Yanes, arzobispo de Zaragoza, celebró la Eucaristía en el santuario de Torreciudad. El prelado destacó "el gran papel de los voluntarios de todas las edades" y la necesidad de ejercer la solidaridad "no como algo para el tiempo libre", sino "como compromiso personal y actitud permanente".

En este contexto, habló también de vocación: "Las familias y los pastores debemos facilitar la percepción y respuesta afirmativa a esa llamada por parte de niños, jóvenes y adultos, de forma que se den las condiciones favorables para las respuestas generosas".