El mejor negocio de los padres

Joe Quirant está casado y es padre de un hijo de 6 años y dos hijas de 3 y 4 años respectivamente. Es Licenciado en Filología Inglesa y desde hace once años trabaja como profesor de ESO y Bachillerato. Es uno de los impulsores de un postgrado online sobre matrimonio y educación familiar.

Hace cinco años me matriculé en la primera edición de este Postgrado online en Matrimonio y Educación Familiar (MEF). Trabajar, estudiar, y compatibilizarlo con las obligaciones familiares, supuso un esfuerzo considerable que sólo compensaba el atractivo de los temas. Casi sin darme cuenta, fui profundizando en el ámbito de la familia, hasta el punto de convertirlo en el eje del Proyecto de Investigación para obtener el doctorado.

Un postgrado en Matrimonio y Educación Familiar on line, suena a novedoso pero también parece sugerente, ¿cómo surgió esta idea y por qué te has metido en esta aventura?

Debido a la creciente demanda del MEF, se planteó la posibilidad de lanzar una edición en inglés (eMEF), paralela a la castellana, con la idea de llegar a un entorno cultural muy diverso. Esto supuso un enorme trabajo tanto para contactar con investigadores en lengua inglesa como para traducir algunos temas de la versión española, redactar las pruebas de evaluación, los objetivos, etc. Fue en este momento cuando se me brindó la ocasión de trabajar en este equipo, y posteriormente me incorporé como tutor de un grupo de alumnos. 

En la actualidad está en marcha la segunda edición, en la que llevo a cabo tareas de tutor y la coordinación del curso. En el tiempo que dedico a esta actividad intento guiar el aprendizaje de los alumnos y facilitarles materiales que les puedan ayudar en su contexto particular, pero también aprendo de las variadas experiencias que me transmiten y, especialmente, del entusiasmo que muestran por difundir estos conocimientos en sus países de origen. En las manos de esas personas se puede vislumbrar un futuro esperanzador, que devuelva a la familia el importante papel que desempeña en la sociedad.

¿A qué tipo de público va dirigido? 

El eMEF está pensado especialmente para padres y madres que quieran profundizar en su papel como educadores, para profesores-tutores que ejercen su trabajo en estrecha colaboración con las familias de los alumnos, y para todos aquellos que colaboran con entidades que se dedican a la Orientación Familiar. Este último campo está disfrutando de un gran crecimiento internacional, lo que conlleva la necesidad de disponer de buenos moderadores y formadores en los diferentes países.

 

Anima mucho la variedad de nacionalidades de los alumnos: austriacos, kenianos, polacos, belgas, nigerianos, norteamericanos, canadienses, ghaneses, congoleños, estonios, lituanos, brasileños, chinos, de Costa de Marfil, Singapur, o Trinidad y Tobago.

Digamos que es como un MBA para padres... ¿Qué repercusión puede ejercer un postgrado como éste en la sociedad? 

Se trata de un curso que a lo largo de veinticinco temas explora diferentes áreas: en primer lugar, unas bases antropológicas; después, las características del pacto conyugal y del matrimonio en las diferentes etapas del ciclo vital; y por último, el desarrollo de la educación de los hijos en cuanto a la formación del carácter.

El nacimiento del eMEF ha coincidido con una gran crisis internacional y, a pesar de las becas, los alumnos de algunos países encuentran dificultades para reunir el dinero de la matrícula: hay muchas historias detrás de cada matriculado. Sin embargo, estoy seguro que su repercusión se va a extender como las ondas de la piedra que cae en el lago.

Ya se ve que esto de educar hoy en día no es tan fácil… ¿Alguna anécdota en particular de este curso? 

Efectivamente, educar hoy en día no es tan fácil. Resulta paradójico que los padres dedicamos mucho tiempo a la formación profesional, y en cambio damos por supuesta nuestra capacitación para el “mayor negocio”, la educación de nuestros hijos.

San Josemaría siempre tuvo entre una de sus preocupaciones el desarrollo de los jóvenes en el seno de familias cristianas. “Si tuviera que dar un consejo a los padres, les daría sobre todo éste: que vuestros hijos vean […] que procuráis vivir de acuerdo con vuestra fe, que Dios no está sólo en vuestros labios, que está en vuestras obras, que os esforzáis por ser sinceros y leales, que os queréis y que los queréis de veras”[1], dijo en una entrevista.

A raíz de esto, recuerdo una anécdota del eMEF del pasado curso. Una vez acabados todos los temas, los alumnos tenemos que redactar un proyecto final de entre una serie de propuestas. Una de ellas era escribir una reseñade una película que trata sobre la familia y que toca aspectos interesantes. Algunos de los alumnos que hicieron este proyecto, al cabo de un tiempo explicaron que estaban organizando cine-fórums con grupos de matrimonios, y el bien que esos encuentros estaban haciendo a muchos de ellos.

Y personalmente, ¿te ha ayudado a “gestionar” mejor la educación de tus hijos?

Mi esposa reconoce que ahora dedico más tiempo a jugar con mis hijos, algo que además los niños lo notan. Cuando te sientas en el suelo y juegas con ellos, el primero que se divierte es uno mismo, y en ese momento el telediario o el periódico pueden esperar.

Me ayudó la clasificación que trabajamos en el máster sobre la distinción clásica de los tipos de carácter: amorfo, apasionado, apático, colérico, flemático, nervioso, sanguíneo y sentimental. Descubrir el carácter de cada hijo, con sus matices, y estudiar el resultado de la combinación con el carácter de los padres, es algo que nos ahorraría muchos esfuerzos en la educación, y ahora en ello estamos mi esposa y yo... ¡todo un reto por delante! 

 

El MEF, en el que Joe colabora, es una iniciativa del IESF (Instituto de Estudios Superiores de la Familia, https://www.uic.es/es/iesf?set=S) [1] Es Cristo que pasa, 28.