Voluntariado familiar: un pequeño servicio a la Iglesia

Nos organizamos en diferentes equipos, capitaneados por un adulto. Todos nuestros hijos colaboran -cada uno en tareas de acuerdo a su edad-, procurando que se hagan responsables de su trabajo, que lo terminen bien...

Voluntariado Familiar es una asociación sin ánimo de lucro que nació hace cinco años, cuando un grupo de seis matrimonios con hijos de todas las edades, nos planteamos una forma diferente de pasar las vacaciones disfrutando en familia y haciendo una tarea útil para los demás.

Comenzamos nuestra andadura en Furelos, un pueblo gallego del Camino de Santiago, y en veranos sucesivos, hemos desarrollado nuestra tarea -con muchas otras familias que se han sumado- en Corias y Teverga (Asturias), en Villalba de la Sierra (Cuenca) y el pasado verano en Bielsa en el Pirineo aragonés.

La parroquia de Bielsa

En las pasadas navidades, tras contactar con D. Rafael, párroco de Bielsa, viajamos hasta allí, para ver sobre el terreno nuestras posibilidades de trabajo y alojamiento. Durante el curso nos reunimos en varias ocasiones, buscamos ayudas de particulares y entidades que nos donaran dinero o materiales que fueran útiles para nuestra tarea, y concretamos finalmente el proyecto que íbamos a desarrollar en el pueblo.

Este año estuvimos en Bielsa 16 familias, que sumaban algo más de 80 personas. Nos alojamos en apartamentos rurales del mismo pueblo, y desempeñamos tareas en la Parroquia y en la Casa Parroquial aneja a ella, en la que se ha instalado una comunidad de religiosas en septiembre.

Un horario muy completo

Por las mañanas, después de asistir a la Santa Misa a las 9 am., comenzábamos nuestro trabajo: desescombro y limpieza del coro, lijado y barnizado de los bancos y de la puerta principal de la iglesia, limpieza y restauración de imágenes, limpieza de dorados y ornamentos, diversas reparaciones de carpintería...

Nos organizamos en diferentes equipos, capitaneados por un adulto. Todos nuestros hijos colaboran -cada uno en tareas de acuerdo a su edad-, procurando que se hagan responsables de su trabajo, que lo terminen bien… Con la ilusión de que descubran que pueden pasárselo bien haciendo algo para los demás.

Además, la gente del pueblo y los que por él pasan, contemplan cómo, grandes y pequeños, trabajan en un clima de alegría y compañerismo, lo que suele despertar su curiosidad y da pie para contarles nuestra experiencia.

Otro equipo, trabaja en la preparación de la comida para todo el grupo: de esta forma podemos prolongar un poco la jornada de trabajo matutina y, lo más importante, nos permite comer todos juntos y tener un rato de tertulia agradable después de comer.

Excursiones por la zona

Por las tardes nos íbamos de excursión todas las familias. Imaginaos el espectáculo de coches… Este año, visitamos el Santuario de Torreciudad donde celebramos el aniversario de boda de uno de los matrimonios asistentes; otro día dimos un  paseo por el valle de Pineta; más tarde organizamos un emocionante partido de fútbol padres contra hijos; y después montamos en piragua en el embalse del Mediano...

Después de cenar, cada familia en su casa, solíamos tener otra tertulia en la que hacíamos balance de la jornada mientras los chicos jugaban por el pueblo o en el pabellón de usos múltiples que amablemente nos cedió el Ayuntamiento de la localidad.

La última noche, celebramos el ya tradicional festival de todas las familias en el que, cada uno, actúa de la mejor manera que sabe…

El año que viene, más

Es en definitiva, un medio estupendo para estrechar lazos de amistad o hacer nuevos amigos, fomentar un clima sano y divertido entre nuestros hijos y ocasión también de prestar un pequeño servicio a la Iglesia con nuestro trabajo.

Y es que esta actividad nos brinda la ocasión de pasar una semana inolvidable, que todos recordamos con cariño el resto del año. Y nos espolea también, a comenzar ya a trabajar con ilusión en el proyecto del Voluntariado Familiar de 2010.