Publicación de Camino

"La fundación del Opus Dei". Libro escrito por John F. Coverdale, en el que narra la historia del Opus Dei hasta 1943.

La publicación de “Camino” en septiembre de 1939 facilitó la expansión del Opus Dei. Esta versión ampliada de su anterior libro “Consideraciones Espirituales” contenía 999 puntos de meditación, sacados de la vida interior del autor y de su experiencia como director espiritual.

“Camino” difería radicalmente de la mayoría de los libros de piedad que circulaban en la España de 1940. Incluso su aspecto físico era diferente. Al contrario de los pequeños libros de oración, de cubiertas negras, con una letra pequeña y difícil de leer abundantes en esa época, “Camino” tenía generosas dimensiones (15 por 25 centímetros), cubierta clara, tipos grandes y amplios márgenes.

El contenido de “Camino” era más radical que su tipografía. Para entonces, la santidad se consideraba tarea exclusiva de sacerdotes y religiosos; y el apostolado de los laicos, una prolongación de la misión de la jerarquía. “Camino” presentaba una visión completamente diferente. Desde el primer punto, hablaba de la llamada universal a la santidad, de santificación y del valor apostólico del trabajo ordinario. Se dirigía a hombres y mujeres metidos en los afanes del mundo y les invitaba a convertir su trabajo y demás ocupaciones en un servicio a Jesucristo y a la humanidad: “Que tu vida no sea una vida estéril. -Sé útil. -Deja poso. -Ilumina, con la luminaria de tu fe y de tu amor. Borra, con tu vida de apóstol, la señal viscosa y sucia que dejaron los sembradores impuros del odio. -Y enciende todos los caminos de la tierra con el fuego de Cristo que llevas en el corazón” [1] .

“Un secreto. -Un secreto, a voces: estas crisis mundiales son crisis de santos. -Dios quiere un puñado de hombres "suyos" en cada actividad humana. -Después... "pax Christi in regno Christi" -la paz de Cristo en el reino de Cristo” [2] .

Escrivá presentó su mensaje en “Camino” con la fuerza que nacía de su vida de oración, de su intimidad con Dios y de su experiencia como director de almas. “Camino” atrae a los lectores no con la fría luz de una síntesis intelectual bien elaborada, sino con el fuego y la pasión de un corazón profundamente enamorado de Jesucristo. La claridad de visión que caracteriza a “Camino” no viene de la especulación abstracta, sino de las gracias que Escrivá recibió el 2 de octubre de 1928, de sus esfuerzos cotidianos por convertirlas en tejido de su propia vida y de su experiencia al transmitirlas a los demás.

“Camino” enseña a sus lectores a rezar de una manera sencilla y directa, hablando confiadamente con Dios, que es Padre y Hermano. Más que someterles a esquemas rígidos, Escrivá anima a sus lectores a meterse en senderos de oración personales, hablando a Dios cara a cara, con las propias palabras:

“¿Que no sabes orar? -Ponte en la presencia de Dios, y en cuanto comiences a decir: "Señor, ¡que no sé hacer oración!...", está seguro de que has empezado a hacerla” [3] .

“Me has escrito: "orar es hablar con Dios. Pero, ¿de qué?" -¿De qué? De Él, de ti: alegrías, tristezas, éxitos y fracasos, ambiciones nobles, preocupaciones diarias..., ¡flaquezas!: y hacimientos de gracias y peticiones: y Amor y desagravio” [4] .

El libro causó un extraordinario impacto a muchos lectores, especialmente estudiantes universitarios y recién licenciados. Un ingeniero industrial, que más tarde pertenecería al Opus Dei, describe su primer encuentro con Camino: “Un día, un amigo mío me prestó un libro llamado “Camino”; era la primera vez que caía en mis manos. La primera ojeada me reveló un contenido tan sumamente interesante que recuerdo perfectamente cómo volvía a casa de mi familia, cené rápidamente, me encerré en mi habitación y lo leí de un tirón, desde el número 1 hasta el 999. Esta lectura rápida fue acompañada, según recuerdo, de un entusiasmo indescriptible por ese camino que allí se esbozaba” [5] .

[1] Josemaría Escrivá de Balaguer. Ob. cit. n. 1

[2] Ibid. n. 301

[3] Ibid. n. 90

[4] Ibid. n. 91

[5] AGP P03 1989 p. 349