Desde los tiempos de Trediakov hasta ahora, la poesía rusa sigue siendo fiel al complejo silábico, enriquecido por el ritmo y la rima. La lengua rusa es todavía joven y tiende hacia la vivacidad expresiva, y la dimensión fónica del discurso poético no tiene menos fuerza que su contenido. Además, el contenido se revela en su dimensión fónica o al menos se complementa en ella.
Desde este punto de vista, Camino, ¡tiene con un contenido tan rico! ¡Nos transmite un mensaje tan íntimo y tan familiar!… Esto es mío, pienso cada vez que lo leo. Y me siento arrastrado por una estenografía del espíritu que me pide encarnarlo en mi propia lengua.
Estoy seguro de que Escrivá no se molestará por esto. Y en cuanto a la autoría intelectual… ¡dejemos a los filólogos que digan lo que quieran! Se entiende que el compositor Yuri Pasternak le haya querido ponerle música a algunos de los puntos de Camino que he versificado, traduciéndolos de forma poética.