Destino: Turquía. Ante el próximo viaje apostólico de Benedicto XVI

En este artículo, Pablo Blanco Sarto, profesor de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, reflexiona sobre la repercusión del próximo viaje de Benedicto XVI a Turquía

Aquello empezaba mal. Por un lado, estaba el famoso discurso de Ratisbona del 12 de septiembre de 2006, en el que se apelaba a la razón y que desencadenó reacciones desproporcionadas e incluso violentas. Irracionales, en cualquier caso. 

Luego se recordaba todavía la anterior intervención del entonces cardenal Ratzinger en noviembre de 2003 en contra de la entrada de Turquía en la Comunidad Europea. Los motivos aducidos eran su dudosa europeidad y el escaso respeto a las libertades fundamentales. De modo que parecía que la tarjeta de presentación de Benedicto XVI en tierras otomanas no era la mejor. Alguien incluso recordó que Alí Agca, el pistolero que disparó contra Juan Pablo II, era turco...

A pesar de todo, Benedicto XVI ha seguido adelante por motivos que él bien sabrá. Además, también hubo reacciones positivas en el mundo musulmán, como los 38 muftíes –jefes religiosos– que subscribieron las palabras del discurso de Ratisbona. Lo natural y humano es la razón, sostenían con el Papa; la guerra y especialmente el terrorismo son irracionales, inhumanos y antinaturales. Pero sobre todo van contra Dios (que para los cristianos es amor) y en contra de toda religión. Y esto ha habido más de un musulmán que lo ha entendido. 

El debate interno dentro del islam apenas acaba de comenzar. Por otra parte, existen muchos campos en los que cristianos y musulmanes pueden colaborar y dialogar, como la paz y los valores humanos, seguía recordando Benedicto XVI.

Sin embargo, el Papa va sobre todo a Turquía para visitar a los cristianos, de quienes es padre espiritual. Allí hay tan solo unos pocos católicos y ortodoxos. Uno de los objetivos de la visita de Benedicto XVI a tierras turcas será por tanto encontrarse con Bartolomé I en Estambul, la antigua Constantinopla, la ‘segunda Roma’ como se le ha llamado en tiempos pasados. 

El Papa va a Turquía para promover la unidad con los ortodoxos, separados de la Iglesia católica en 1052.«Mi inminente visita a Su Santidad Bartolomé I y al patriarcado ecuménico –ha dicho Benedicto XVI hace tan solo unos días– será un nuevo signo de aprecio por las Iglesia ortodoxas, y servirá como estímulo –así lo esperamos– para apresurar el paso hacia el restablecimiento de la plena comunión».

El patriarca Bartolomé I, líder espiritual de más de trescientos millones de ortodoxos en el mundo, recibirá a Benedicto XVI entre el 29 y el 30 de noviembre en el patriarcado ecuménico. La visita del Papa tiene lugar como respuesta a la invitación personal del patriarca ortodoxo con motivo de la fiesta de san Andrés apóstol, hermano mayor de san Pedro y fundador del patriarcado de Constantinopla. «Estamos esperando la visita del Papa con amor fraternal y con una gran expectativa», dijo el patriarca ecuménico. De modo que este es el interés y el objetivo principal del Papa alemán: avanzar en la unidad con los cristianos y, ahora más en concreto, con los ortodoxos.

Omnes cum Petro ad Iesum per Mariam: vayamos todos con Pedro hacia Jesús a través de María, repetía San Josemaría Escrivá. Los ortodoxos han mantenido siempre una gran devoción a la Virgen María –la Theotokos–, así como comparten con los demás cristianos la pasión por Jesús. Cum Petro: existen por tanto buenos motivos para rezar y ofrecer nuestro trabajo durante estos días por las intenciones del Papa, para que se dé un nuevo paso (un paso importante) en ese camino hacia la unidad de los cristianos. Así todos estaremos más cerca de Cristo, y así podremos darlo a conocer mejor a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.