"Vamos a rezar a Álvaro del Portillo para que la pelota vuelva"

Karol, Javier y Juan son tres niños de Palma de Mallorca que han sido testigos de un “milagro”. No ha sido una gran curación, ni han encontrado un puesto de trabajo o una buena novia para el día de mañana; se trata de algo mucho más cotidiano.

El 20 de enero de 2014, mientras jugaban en la playa, la pelota se les fue hacia el mar y, animados por su madre, Jacqueline, comenzaron a rezar a Álvaro del Portillo para que volviese: Mis hijos, para variar, empezaron a discutir sobre quién había sido el culpable y a echarse la culpa unos a otros, pero en ese momento se me ocurrió: "Vamos a rezar a Álvaro del Portillo para que la pelota vuelva". Y así lo hicieron.

De repente la pelota surcó olas, sorteó rocas y, finalmente, volvió a ellos.

Parece una tontería y quizás muchos crean que no merece la pena molestar a los santos con estas cosas. Sin embargo, en palabras de don José Carlos Martín de la Hoz -director de la Oficina para las Causas de los Santos de la Prelatura del Opus Dei en España- “no todos los favores sirven para beatificar a un santo, pero sí para que se vea que esa Causa de Beatificación está viva, que el Espíritu Santo quiere que esa persona sea puesta como intercesora del pueblo de Dios. Es tan importante comunicar los grandes favores como los pequeños.”

Si el Opus Dei proclama que se puede ser santo en medio de la vida ordinaria, qué mejor que pedir a su nuevo beato ayuda para algo tan cotidiano como recuperar una pelota. Así lo entendieron Karol, Javier y Juan y por eso han querido enviar el favor que han recibido y que para ellos es importante.

Aquí dejamos sus relatos: