¿Una cárcel para presentar un libro?

Un diálogo entre los internos, los voluntarios y los ponentes, puso de manifiesto el interés que despertaba el libro "8 Historias sin vergüenza. ¿Resiliencia o don?", del recientemente fallecido José Miguel Cejas. Los presos relataron algunos casos de conversión dentro de la cárcel, o su cambio de mirada sobre el valor de las cosas, o sencillamente agradecieron que se celebrara un acto así dentro de los muros del centro penitenciario.

El pasado 13 de abril se presentó en la cárcel de Valdemoro el libro de José Miguel Cejas «8 Historias sin vergüenza», publicado por la editorial Freshbook. El autor era doctor en Ciencias de la Información y escritor. Entro otros títulos, ha publicado Cálido Viento del Norte, El baile tras la tormenta yLos cerezos en flor.

La presentación estaba prevista hace dos meses, pero el fallecimiento repentino de José Miguel Cejas el 4 de febrero de 2016 impidió la realización del acto.

Desde que el editor le hizo la propuesta, José Miguel estaba deseando ir a presentar su libro a los internos del centro penitenciario de Valdemoro, que tuvo lugar dentro del marco de las jornadas de Pastoral Penitenciaria, en un emotivo acto que ha comenzado con una oración en memoria de José Miguel y una lectura de San Pablo por parte del capellán del centro, Pablo Morata.

Una gran imagen sonriente de José Miguel Cejas presidía la presentación. No ha sido una presentación de un libro al uso: no se ha hecho convocatoria de medios, no había cámaras, nada de flashes, los móviles se quedaron fuera…

Historias de resiliencia pero, sobre todo, de misericordia

«Comencé a recoger estos testimonios hace más de tres años, en los comienzos del pontificado del Papa Francisco -escribió José Miguel-. No imaginaba que saldrían a la luz en las primeras semanas del Año de la Misericordia. Son historias de resiliencia, desde luego; pero, sobre todo, de misericordia».

«La misericordia divina —continuaba Cejas— es un don que cada uno acoge libremente, sea cual sea su circunstancia. Algunas de estas personas sufrieron carencias familiares, educativas y formativas, como Juan Havana, Kestutis, Anisa o Tim Guénard; otros, por el contrario, disfrutaron de una profunda formación cristiana y del apoyo de unos padres ejemplares, como Fran y Eva. Aunque el ambiente que les rodeaba influyó en sus vidas —a veces muy negativamente—, fueron siempre libres, nunca marionetas del destino. En un momento de sus vidas, eligieron el camino equivocado; en unas ocasiones, sin darse cuenta, por su edad (como Fran y Eva) de a dónde les conducía; en otras, forzados por circunstancias terribles, como Anisa, víctima de la trata; pero todos decidieron acoger la misericordia en su propia vida y responder a la gracia.

»Conocer y conversar con estas personas me ha reconfortado profundamente; y eso me ha movido a publicar sus historias, que son, sin duda, historias fuertes. Espero que al lector le suceda lo mismo, porque cada una de ellas trae un mensaje de profunda esperanza, entretejida en el misterio del amor y la libertad».

»Las ocho historias que recojo en este libro —“8 historias sin vergüenza. ¿Resiliencia o don?”— son ejemplos claros de la resiliencia de hombres y mujeres que han superado muchas situaciones límite tras bajar a los sótanos de la existencia: criminalidad, droga, cleptomanía, satanismo, intento de suicidio, prostitución, etc.

»Lo excepcional en este caso es que no sólo han superado esas situaciones, sino que se han convertido en personas con una gran influencia humana y espiritual en su entorno. Kestutis Dvareckas, por ejemplo, es un sacerdote lituano que lleva a cabo una fecunda labor espiritual en Lituania; Tim Guernard desarrolla una profunda tarea humanitaria y apostólica en Francia; Julitza ha acercado a muchas personas a la fe en una ciudad como Oslo, donde el catolicismo es minoritario. Fran y Eva son una familia en misión en Dinamarca que trabaja por la evangelización de ese país escandinavo.

»Cuando les escuchaba, me preguntaba hasta qué punto su cambio vital fue consecuencia de su resiliencia humana, de su capacidad de aguante interior, o fruto de la gracia. No he resuelto ese interrogante; y lo traslado al lector: ¿resiliencia o don?

»Para los ocho testigos, sin embargo, la respuesta es clara: su cambio interior y exterior fue, sobre todo, un don de Dios que les llegó, con frecuencia, cuando se encontraban al límite de sus fuerzas y casi en manos de la desesperación.

»"¿Por qué deseas contar tus experiencias?", les preguntaba. Y la respuesta era unánime: en todos los casos querían mostrar cómo la misericordia de Dios actuó en sus vidas, cuando parecían "gente sin remedio", con adicciones de las que no lograban liberarse. Por esa razón estos ocho testimonios constituyen, en cierto sentido, una oración de acción de gracias».