Reyes solidarios en Madrid

La suma de jóvenes voluntarias de la Asociación Ateneo Universitario, y la colaboración generosa de particulares y pequeños empresarios ha conseguido hacer llegar la alegría de los Reyes Magos a unos ochenta niños de familias sin recursos.

La suma de jóvenes voluntarias y la colaboración generosa de particulares y pequeños empresarios ha conseguido hacer llegar la alegría de los Reyes Magos a unos ochenta niños de familias sin recursos.

Desde hace varios años, el restaurante colombiano La Fogata , con la colaboración de la Asociación Ateneo Universitario y de Radio Latina, organiza una fiesta de Reyes Solidarios en Madrid. La radio difunde el evento y coordina a los niños que llamen para apuntarse. La mayoría de ellos son inmigrantes de familias con muy pocos recursos. Jaime Rivera, el dueño de La Fogat, cede las instalaciones del restaurante el día de Nochebuena por la mañana para la fiesta e invita a desayunar a todos los pequeños que acuden.

En Ateneo, la preparación de los Reyes Solidarios comienza un mes antes. Las universitarias que frecuentan este centro del Opus Dei recogen juguetes en buen estado, gracias a la colaboración del Colegio Montealto y la ONG Cooperación Internacional. La radio les facilita los nombres y la edad de los niños para que puedan personalizar los paquetes.

Cuando por fin llega el día, Melchor, Gaspar y Baltasar llegan a La Fogata cargados de regalos. Este año acudieron más de 80 niños, que fueron recibidos por sus majestades, al ritmo de Shakira. Después de varios juegos y concursos, Radio Latina hizo una conexión de directo y retransmitió algunas entrevistas y varias oraciones en las que se pidió por las familias de los presentes.

A las 12 llegó el momento más esperado: cada niño fue nombrado en alto y recibió su regalo de Navidad de la mano de los Reyes. Cuando vinieron a recogerles, muchos no podían creerse lo que habían vivido.

Miriam Garrido y Almudena Moreno, estudiantes de 1º de Bachillerato y voluntarias, cuentan que “queríamos también mostrar el mensaje de Jesús en esa noche: que nacía para salvarnos. Les explicábamos que el portarse bien, el hacer los deberes, etc. es también una manera de recibirle en sus corazones.”

Almudena rememora su infancia: “El estar allí con tantos niños y ver la ilusión en sus miradas mientras bailábamos con ellos y cantábamos villancicos, mientras los subíamos a nuestras rodillas y nos hacíamos fotos sin parar, me recordó mi infancia y la intensidad con la que vivía la Navidad. Entonces fui consciente de que había merecido la pena el madrugón, la barba, los pelos, la corona, la capa… por llevar esa misma felicidad a todos los niños que estaban en La Fogata.”

ABC