Parroquia de San Josemaría Escrivá: sabor y calor de hogar

Reportaje en ABC sobre la parroquia de San Josemaría Escrivá, en Aravaca (Madrid), en el periódico ABC.

Parroquia de San Josemaría Escrivá, en Aravaca (Madrid). Foto: Isabel Permuy / ABC

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Una parroquia con sabor y calor de hogar. Quien se acerque por la calle Ganímedes, 19, de Aravaca, se topará con un plácido espacio ajardinado, unos bancos de piedra que invitan a la conversación, también familiar. Una sencilla imagen de la Virgen, de piedra, recibe al viandante. Detalles cuidados al máximo. Y un templo que no parece un barracón, pero lo es. Porque la parroquia de san Josemaría Escrivá de Balaguer, cuya fiesta se celebra esta próxima semana, tiene apariencia de una parroquia provisional, pero no lo es. Aún por hacer, pero no, ni mucho menos. Pese a su juventud, erigida en 2007 por el cardenal Rouco Varela, ha arraigado ya en la vida de los fieles de un barrio que invita a la felicidad.

Sabor de hogar. De un hogar con una Madre que lo es todo. Al término de una misa de diario, en la que participaron más de medio centenar de fieles de todas las edades, no pocos de ellos se acercaron a la imagen de «Nuestra Señora del borrico». Una representación alegórica de una identidad mística del santo titular. «Laus Asini», Alabanza del asno, que dirían los clásicos. The Donkey, según Chesterton; aquellas «Memorias de un burro», de la Condesa de Segur, o el Platero de Juan Ramón. Siendo muy joven, Josemaría Escrivá confesaba que le gustaría escribir un libro titulado «Vida y ventura de un Borrico de Noria».

Porque la imagen, y la identificación, con la perseverancia, la humildad, la fortaleza, la docilidad a la voluntad de Dios del borrico fascinaban al joven Josemaría. Pues ahí está, en el lateral del presbiterio, en una capilla del Via Crucis improvisada, una imagen descomunal de la Virgen del Borrico, Reina y Madre de la familia, con un jumento que reposa su cabeza en su regazo y es acariciado por el Niño. ¿Quién no quisiera su cabeza así reposar?

La historia de esta imagen de Paloma Bey, y del retablo en forma de bajo relieve en el principal, es una historia de Providencia que relata apasionadamente, como todo lo suyo, el párroco de esta iglesia, Juan Enrique Mirabell, que está acompañado en la conversación, eco en los datos, por el vicario parroquial Jorge Peñacoba. A quienes auxilia en el ministerio, Raimundo Romero, un triduo sacerdotal de lujo. Máxime si añadimos la colaboración de «don Josepe», que es nada más y nada menos que José Pedro Manglano, activista juvenil y editorial donde los haya.

«Hakuna»

Hasta el punto que en esta parroquia ha nacido «Hakuna», cuya definición es, según el párroco, «una movida de jóvenes que pretenden disfrutar de la vida en cristiano». Y bien que disfrutan, con charlas de formación y Adoración al Santísimo, con la dedicación a obras de caridad, como las visitas a la Cañada Real, entre otros sitios; con un coro que ha grabado dos discos y con dos iniciativas singulares: las vacaciones solidarias, que este año llevan a 180 jóvenes a una zona marginal de Colombia; y para los profesionales, una peregrinación mochilera a Tierra Santa, con 350 inscritos. Por cierto, a los retiros de fin de semana en La Aguilera les llaman «God Stop».

La caridad es lo que mantiene encendido el calor del hogar. Y caridad, Cáritas, es todo en esta parroquia. Desde la escucha y la ayuda directa a las personas que se acercan solicitando lo básico para vivir hasta la colaboración con el Centro Santa María Reina del Parral, de la Cáritas de la Vicaría, un lugar de acogida e integración de familias monoparentales. También en este ámbito solidario está la Bolsa de Trabajo, que tiene mucho éxito para el todo Madrid, y la «Cuenta solidaria».

En la Parroquia, además de los grupos de catequesis, está la iniciativa de las «Familias sin fronteras». No podemos olvidar la colaboración con las congregaciones religiosas del territorio, religiosas del Máter Salvatoris, las Hermanas Hospitalarias, de la Compañía de Santa Teresa, y los Hermanos de La Salle, y su Universidad, que ceden las aulas para los cursillos prematrimoniales. Y con las Damas de la Paz, Pía Unión fundada por monseñor Echarren, dedicada a personas con discapacidad. Una familia muy grande en la que se palpa la vida de la gracia.

José Francisco Serrano

ABC