James Nachtwey: “Hasta en los mayores infiernos he visto espacio para la esperanza”

James Nachtwey lleva treinta años fotografiando la guerra, el dolor, la enfermedad, la pobreza y el hambre. Lo hace desde cerca, quizás desde demasiado cerca, no solo para que sus fotos sean buenas –como decía Capa- sino sobre todo para que puedan cumplir su objetivo: mover a la reflexión y sacudir la costra de indiferencia.

El fotoperiodista neoyorkino congregó ayer a casi dos centenares de fotógrafos y periodistas en una clase magistral sobre periodismo de guerra y humanismo en la sesión organizada por Conversaciones Con en la sede de Madrid de la Universidad de Navarra. Unos días antes había estado en Pamplona para recibir el premio Brajnovic: un galardón que la Facultad de Comunicación de Navarra otorga a aquellos periodistas cuya trayectoria se haya significado por la defensa de los valores de la defensa de la dignidad humana, el respeto y el compromiso social.

En Madrid, James Nachtwey fue presentado por el fotoperiodista español Gervasio Sánchez que destacó como la forma de trabajar del fotógrafo español ha sido ejemplo y referente para toda una generación de profesionales.

Como si de una lección de Historia se tratara, Nachtwey fue repasando las fotografías más descriptivas de su trayectoria añadiendo los detalles, las anécdotas, los nombres de los protagonistas. Contando, en el fondo, las historias que laten detrás de cada instantánea. Para Nachtwey “el fotoperiodista es un altavoz de los dramas humanos y a veces el último recurso para que se escuchen los gritos de dolor de muchas personas olvidadas".

Pese a que sus ojos han visto de todo y que ha sufrido en sus propias carnes la vileza humana –está casi sordo de un oído y el año pasado recibió un balazo en una pierna- Nachtwey sostuvo en todo momento una visión optimista y esperanzada tanto del periodismo –“es una profesión que puede hacer sacar lo mejor de cada hombre: el compromiso, la responsabilidad social, el amor a la verdad"- como del ser humano –“hasta en los mayores infiernos he visto destellos de bondad y generosidad, he visto espacio para la esperanza".

Durante su intervención, el reputado fotoperiodista ha confesado que gran parte de la inspiración de su carrera profesional nació después de contemplar en el Museo del Prado los grabados de los desastres de la guerra de Goya tras su etapa universitaria. En su opinión, “Goya es el patriarca del fotoperiodismo de guerra, aunque en su época no existiera la fotografía".

Entre los asistentes estaban numerosos profesionales del fotoperiodismo como Olmo Calvo, Alfonso Armada (ABC), Moeh Atitar de la Fuente (periodista, fotógrafo y autor del blog Guerra y Paz), Paul Hanna (Reuters), Andrés Kudacki (AP), Carlos Montagud (El Mundo), Daniel Ochoa de Olza (AP), Óscar del Pozo (ABC), Begoña Rivas (Yo Dona), Susana Vera (Reuters) y Guadalupe de la Vallina.

Ecos en los medios de comunciación:

- James Nachtwey: «Considero a Goya el padre de los fotógrafos de guerra» (ABC)

- 'Lo peor es que me aprovecho de la desgracia ajena' (El Mundo)

- Nachtwey: «Ojalá no hubiera hecho ninguna de esas fotos» (La Razón)

- James Nachtwey, el fotoperiodista vivo más reconocido del mundo (Teinteresa.es)

- James Nachtwey: "La fotografía por si sola es como aullar en el viento" (Lainformacion.com)

- Nachtwey: Ojalá no hubiera tenido que sacar ninguna de las fotografías que he hecho (eldiario.es)

- James Nachtwey: 'La fotografía me ha hecho mejor persona' (DisoPress)

- "La sociedad no puede funcionar bien sin las historias que contamos" (Notimerica)

- “La fotografía tiene el poder de relatar la historia desde nivel del suelo" (El País)

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En 2013 se presentó en Madrid la edición crítica de Conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer, un libro recopilatorio de entrevistas concedidas por el fundador del Opus Dei en los años 60 a periodistas extranjeros y a medios españoles.

Organizaron el acto la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra y la Oficina de Información del Opus Dei, que quisieron proponer un evento diferente. Más que presentar un libro interesante, quisieron abrir sus páginas a muchas personas interesantes. Y al final, aquellas entrevistas a san Josemaría se han convertido en el epicentro de una fiesta para el periodismo, en una conversación global sobre una profesión que el fundador del Opus Dei amaba de manera particular.