"He aprendido de san Josemaría a servir a la Iglesia"

Entrevista a monseñor Philippe Jourdan, sacerdote del Opus Dei y nuevo administrador apostólico de Estonia, ordenado obispo el pasado 10 de septiembre en la iglesia de San Olaf de Tallin. A la ceremonia acudió Mons. Javier Echevarría.

Mons. Jourdan, obispo de Estonia

Monseñor Jourdan, usted es el primer obispo católico residente en Estonia tras la segunda guerra mundial. El país es actualmente de mayoría luterana. ¿Como afronta su misión?

He aprendido de san Josemaría a servir a la Iglesia como la Iglesia quiera ser servida, a amarla con todo mi corazón en su dimensión universal y romana. Mi experiencia en Estonia me ha reafirmado en esta convicción y me ha enseñado además a amar a los hermanos que no se han unido aún a la Iglesia. En un país de tradición luterana y ortodoxa como Estonia, mi divisa episcopal (Omnes cum Petro ad Iesum per Mariam: Todos con Pedro a Jesús, por María) –que debo igualmente al Fundador del Opus Dei- me ha parecido muy adecuada para resaltar los amores que deben unirnos: la búsqueda de Cristo, el recurso a María, y el deseo de que todos seamos un sólo rebaño guiados por un mismo pastor.

Usted es francés, pero asentado en Estonia, ¿que siente ahora?

Me encuentro lleno de gratitud hacia mi tierra natal. Me enorgullece especialmente el que la Conferencia Episcopal de mi país, Francia, haya enviado un representante oficial a mi ordenación, el padre Bernard Hayet. Mantengo y mantendré siempre una unión especial con la Iglesia en Francia, que me ha alimentado con la fe.

Y, en cuanto a la educación que me han dado mis padres, no encuentro palabras para agradecerles su entrega. A ellos, principalmente, debo mi vocación. De tres hermanos, dos somos sacerdotes. Es, sin duda alguna, un gran don de Dios que deseo a muchas familias. A la vez, supone una respuesta generosa por parte de unos padres profundamente cristianos.

¿Que diría a los católicos de Estonia, se van a celebrar con gran gozo este acontecimiento?

La Iglesia en Estonia atraviesa un momento histórico. El sábado 10 de septiembre, por primera vez desde la segunda guerra mundial, un obispo será ordenado en el país. Es un paso enorme para la vida de esta porción de la Iglesia y una prueba de confianza del Papa hacia nosotros: ¡Hemos alcanzado la mayoría de edad!

Poco antes de su fallecimiento, Juan Pablo II decidió nombrarme obispo de Estonia. Por eso quise que la ceremonia de ordenación tuviese lugar el 10 de septiembre, doce años después de la visita del difunto Papa a este país. De esa forma, hemos podido honrar aún mejor su memoria.

Es mi deseo que en esa ordenación episcopal, toda la comunidad católica de Estonia me haya acompañado en el altar. Por eso, quise que la ceremonia tuviera lugar en un gran templo histórico: san Olaf de Tallin. Cuando un católico visita este lugar, tiene el sentimiento de regresar a su casa, aunque sepamos que no se trata de nuestro hogar. La toma de posesión del nuevo administrador apostólico tendrá lugar en la catedral de san Pedro y san Pablo.