Misa de funeral por Joaquín Navarro-Valls

Información sobre el funeral de Joaquín Navarro-Valls, fallecido el miércoles en Roma a causa de un cáncer de páncreas. El antiguo director de la Sala de prensa de la Santa Sede ha expirado en su residencia, acompañado por los fieles de la prelatura del Opus Dei con quienes vivía.

Mons. Mariano Fazio celebró la misa de funeral por Joaquín Navarro Valls.

En el funeral, Mons. Mariano Fazio, vicario general de la prelatura del Opus Dei, ha señalado que Joaquín Navarro-Valls "era, ante todo, un hombre leal. Leal a Dios, a quien aprendió a amar desde pequeño en el seno de una familia cristiana; leal a su vocación al Opus Dei para santificarse en medio del mundo; leal en el servicio a la Iglesia, de modo particular cuando san Juan Pablo II lo llamó a desempeñar cargos de alta responsabilidad en la comunicación de la Santa Sede. Puso su vida al servicio de su misión, en las distintas etapas de su existencia".

A la ceremonia, junto con los familiares y amigos de Joaquín Navarro-Valls, han acudido numerosas personas que trabajan en la curia vaticana, así como autoridades políticas y de los medios de comunicación.

Cartas del cardenal Stanislaw Dziwsz y del prelado del Opus Dei

Al final de la Eucaristía, se han leído dos cartas enviadas por el arzobismo emérito de Cracovia, cardenal Stanislaw Dziwsz, y por el prelado del Opus Dei, Mons. Fernando Ocáriz.

El primero señaló que "ha sido un hombre de confianza y de fe, con quien el Papa compartió y debatió tantas cuestiones importantes para la vida de la Iglesia y del mundo. No dudo de que lo unía a san Juan Pablo II no solo la colaboración profesional, sino también la amistad".

Mons. Ocáriz dijo en su carta que "es fácil imaginar el abrazo con el que, después de Nuestro Señor y de la Santísima Virgen, le habrán recibido san Juan Pablo II, san Josemaría y tantos otros que le han tratado y querido en esta tierra".

Cartagena, Granada, Barcelona

Joaquín Navarro-Valls nació en Cartagena (España) el 16 de noviembre de 1936. Frecuentó la “Deutsche Schule” de su ciudad natal y realizó los estudios superiores en las facultades de Medicina de las Universidades de Granada y Barcelona. Fue ayudante en la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona y encargado del Servicio Policlínico en el departamento de Patología Médica.

Joaquín Navarro-Valls entró en relación con el Opus Dei cuando, siendo estudiante de Medicina en Granada, pidió plaza en el Colegio Mayor Albayzín. En aquellos años universitarios, se dedicó bastante al teatro, no solo como espectador, sino sobre todo como actor. Después de terminar la carrera en Barcelona, regresó a Granada. Entre tanto había pedido la admisión en el Opus Dei, y al volver a la ciudad andaluza se le encomendó precisamente la dirección de aquel mismo Colegio Mayor en que había sido residente.

De la medicina a la comunicación

Después de terminar la carrera de Medicina hizo la especialización en Psiquiatría. Para no abandonar sus inquietudes literarias, emprendió también los estudios de Periodismo, que completó en 1968. Algunos años más tarde, su actividad como periodista le dará acceso al trabajo por el que llegaría a ser más conocido.

Joaquín Navarro-Valls, con san Josemaría Escrivá.

En los años sesenta, fue secretario de la Delegación del Opus Dei en Barcelona y colaboró generosamente en la puesta en marcha de diversas iniciativas apostólicas, sociales y educativas, en Cataluña y Aragón. Los directos promotores del Colegio Xaloc, en L’Hospitalet de Llobregat, la ciudad más populosa del cinturón obrero de Barcelona, no han dejado de poner de relieve cuánto deben al impulso tenaz y optimista que recibieron, en aquellos primeros momentos, de Joaquín Navarro-Valls. También fue uno de los impulsores del inicio de la labor formativa con familias en la ciudad de Tarragona.

A inicios de los años 70 se trasladó a Roma, y colaboró con san Josemaría Escrivá en las tareas de comunicación del Opus Dei

A inicios de los años 70 se trasladó a Roma, y colaboró con san Josemaría Escrivá en las tareas de comunicación del Opus Dei, donde le tocó informar del fallecimiento del fundador (26 de junio de 1975) y de la elección del sucesor, el ahora beato Álvaro del Portillo. Años más tarde, días antes de la canonización del fundador del Opus Dei, escribía estas palabras en el Osservatore Romano: “Josemaría Escrivá nos hace ver que el santo no se mueve en un mundo de sombras y de apariencias, sino en este mundo nuestro de realidades humanas y concretas, en el que hay un ‘algo divino’ que ‘está ya ahí’ esperando que el hombre sepa encontrarlo”.

En Roma también trabajó como corresponsal del diario ABC. Ese cargo comprendía los países del Mediterráneo oriental, lo que le obligó a viajar con frecuencia a los países de Oriente Medio. Hizo muchas amistades entre sus colegas, y en 1983 fue elegido presidente de la Stampa Estera, la asociación de corresponsales extranjeros en la Ciudad Eterna.

Con san Juan Pablo II y Benedicto XVI

En 1984, san Juan Pablo II le nombró director de la Oficina de prensa del Vaticano. Desde entonces, su figura ha estado asociada a la del Papa Wojtyla hasta su muerte en 2005, y después también a la de Benedicto XVI, con quien siguió desempeñando el mismo cargo durante los quince primeros meses de su pontificado.

Con el beato Álvaro del Portillo.

Su relación con san Juan Pablo II fue muy estrecha: el Papa le encargó misiones delicadas ante figuras como Gorbachov o Fidel Castro, y con él y otras pocas personas pasó durante muchos años algunos periodos veraniegos de reposo en la montaña.

“Después de tantos años, ¿piensa que vale la pena complicarse la vida en el Opus Dei?”; “Al ciento cincuenta por ciento”

Por Juan Pablo II sentía sincera veneración. “Soy consciente de que tendré que rendir cuentas a Dios —decía en 1993, todavía en vida del pontífice polaco— por la inmensa suerte de haber podido trabajar cerca de un hombre, en cuyo entorno se palpa la existencia de la gracia. Mejor dicho, se palpa en la hondura de su oración, y en las decisiones que toma como consecuencia de esa oración”. Su conmoción en las horas previas a la muerte del Papa, el 1 de abril de 2005, quedó inmortalizada por las cámaras de televisión.

En 2006, al cumplir setenta años, fue relevado en la Oficina de prensa de la Santa Sede por el padre Federico Lombardi. Después colaboró por algún tiempo como columnista del diario La Repubblica y en varias televisiones italianas e internacionales. En los últimos años de su vida, desde enero de 2007, fue presidente del Advisory Board de la Universidad Campus Bio-Medico de Roma. Además, se involucró en otras iniciativas de interés social y cultural.

Muchos han visto en la persona de Joaquín Navarro-Valls un testigo de fidelidad a la Iglesia, a su vocación al Opus Dei, a sus familiares y amigos. “Después de tantos años, ¿piensa que vale la pena complicarse la vida en el Opus Dei?”, le preguntó por ejemplo un periodista de la RAI en 1995, en el marco de una entrevista televisiva. “Al ciento cincuenta por ciento”, respondió.