Estética: La inutilidad de lo útil

En este mes de marzo, el Colegio Mayor Alcor ha organizado un seminario de “Arte y Belleza”, donde las residentes han tenido la oportunidad de escuchar a diferentes profesionales hablar sobre cómo educar la capacidad estética, y de cómo esa educación tiene una dimensión ética. En plena ebullición de la sociedad de la imagen, es importante abrir bien los ojos, porque mirar no es sólo mirar, sino saber ver detrás.

Soledad García Morales, profesora de la Escuela de Arquitectura de Madrid, fue la encargada de inaugurar el seminario con una ponencia titulada Belleza y experiencia estética. En palabras suyas, el propósito se resumía en "hacer descubrir que es posible saber por qué nos gustan las cosas”. La conexión entre inteligencia, voluntad y afectividad hace que las personas relacionen inconscientemente aquello que quieren con aquello que les gusta. En el fondo, “dime lo que te gusta y te diré cómo eres".

Entre las asistentes, sobrevolaba una pregunta que Soledad lanzó para la reflexión personal: "¿Es objetiva la belleza o depende de quién y cómo la mire?" Una de las residentes del colegio mayor, Ursula Millán, resumía así su conclusión personal: "Para mí la belleza es objetiva, aunque es subjetiva desde el punto de vista de cada persona. Que a ti te guste o no una cosa no significa que deje de ser bella".

En un contexto más pragmático, tuvo lugar la sesión de Emilio Tuñón, arquitecto. Bajo el título Belleza y Arquitectura, Tuñón hizo un repaso de algunas de las obras que había puesto en marcha en los últimos años –como el Museo de Castellón o el Musac de León– con un telón de fondo muy sugerente, que la arquitectura es la aportación de la belleza a la vida diaria; porque está presente en todo lo que hacemos y, en el fondo, no son tanto los edificios, sino la capacidad que tenemos las personas de construir los espacios donde se desarrollan las actividades. Que esos espacios tengan unas condiciones atmosféricas y ambientales agradables, y que permitan los usos de forma adecuada, está directamente relacionado con la belleza.

María Molina, profesora de arte contemporáneo, cerraba el ciclo con una última sesión sobre Las Bellas Artes. Después de haber sido Comisaria del No Carpet Festival –un festival en el que “más de ochenta artistas buscan su alfombra roja”– Molina hizo una exposición en la que “lo que pretendía hacer es provocar”. Provocar la rebeldía, sana rebeldía, de la juventud; mirando las bellas artes –el cine, el teatro, la música, la danza– como una expresión del ser humano que le permiten salir de lo estipulado y dejas de ser “personas clonadas”.

Más información en el website del Colegio Mayor Alcor.