Mendaur, vivir la universidad ‘a full’

Reportaje sobre el Colegio Mayor Mendaur, adscrito a la Universidad de Navarra.

Diario de Navarra Mendaur, vivir la universidad ‘a full’ (PDF)

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Cuando la resaca del “atracón” de la carpa universitaria aún deja algunos coletazos en forma de quejas, desde el Colegio Mayor Mendaur de la Universidad de Navarra corroboran lo obvio: ellos no son muy dados a ese tipo de fiesta. “Aunque también las organizamos, claro”, asegura el granadino Guillermo Andrés Morales Sancho, de 23 años, doctorando en Derecho y responsable de la sección cultural del Colegio Mayor pamplonés. “Hacemos barbacoas o la fiesta de los Oscar, en la que todos vamos de etiqueta. Pero bueno, nuestra idea es superar, por elevación, el tipo de fiesta de la carpa. El que viene a Mendaur debe saber que aquí se respira un espíritu culto”, sostiene.

El Colegio Mendaur, perteneciente a la Universidad de Navarra y ubicado en su campus, se fundó en 1995 de la mano de Javier Echevarría, por entonces prelado del Opus Dei. “Es un lugar de vida genuinamente universitaria. No se limita a ofrecer residencia y manutención, sino que promueve una verdadera convivencia entre los colegiales, en la que lo central es el desarrollo personal”.

Así se presenta este centro en su cuidada página web, gobernada por el naranja corporativo y fiel reflejo de un centro proactivo y con vida. Como apunta Morales, no es necesario pertenecer al Opus Dei para acceder a la residencia. “Ni siquiera hace falta ser católico o cristiano. Pero sí que haya respeto por las creencias de los otros”, dice.

“Formación cultural”

“Una de las ideas fundamentales es que Mendaur constituye también un espacio de formación cultural”, afirma Morales, con cuatro años de residencia en el Colegio Mayor Belagua y dos ya en Mendaur desde el que cursa la tesis y realiza un máster en Derecho Constitucional.

Los residentes de Mendaur participan en el gobierno del centro con la elección de un decanato, que a su vez, nombra varias comisiones de diferentes áreas, entre ellas la de cultura, que es la que encabeza Guillermo Morales. “Lo que hago es básicamente coordinar las sugerencias de los colegiales”, explica.

Entre las actividades regulares que se organizan desde el propio colegio -que incluyen programas solidarios, deportivos, académicos o profesionales y ocho clubes de otras tantas áreas de conocimiento-, una vez a la semana tienen una cita con “El sillón naranja”, unas conferencias-coloquio en las que los universitarios se acercan a temas interdisciplinares de la mano de un experto en su área de conocimiento.

Desde este “sillón naranja” organizan dos ciclos de conferencias temáticos, uno por semestre. “En este curso, el primer semestre lo dedicamos a Europa, a raíz del brexit. El segundo, al comunismo, con motivo del centenario de la revolución bolchevique de 1917”, cuenta Morales.

Para este licenciado en Derecho con un máster en Derechos Humanos, dos de los cúlmenes de la actividad cultural en este curso se produjeron precisamente en estos ciclos monoráficos. “Destacaría el coloquio con Pablo Pérez, catedrático de Historia Contemporánea, que nos habló sobre la revolución bolchevique; y la conferencia de Bichara Khader, palestino especialista en el mundo euroárabe y que habló sobre la integración de los musulmanes en Europa”, concluye.