4. Los compromisos apostólicos

Libro escrito por Dominique Le Tourneau sobre la estructura y el espíritu del Opus Dei

Estos compromisos llevan a los fieles de la prelatura a ejercer de un modo práctico, constante y eficaz su obligación y derecho como bautizado, a hacer apostolado cristiano, a participar activamente en la evangelización del mundo.

Esta evangelización lleva al anuncio de la doctrina de Cristo a los que no la conocen —los alejados, las personas de países no cristianos— y la animación espiritual de los hombres y mujeres cristianos para que asuman con responsabilidad sus compromisos bautismales, ayudándoles a responder con generosidad a la llamada a la santidad que Dios hace a cada uno en el cumplimiento de los propios deberes de estado y del trabajo profesional.

En el espíritu propio del Opus Dei, el apostolado no es una actividad “extra”; no es un “plus” para llevar a cabo en momentos excepcionales de la vida. Debe ser constante e intenso, ya que responde a una llamada imperativa de Cristo —id y predicad el Evangelio a todas las criaturas— y constituye un elemento esencial de la vocación cristiana: la vocación comporta una misión.

La Iglesia ha bendecido los modos apostólicos propios del trabajo evangelizador del Opus Dei, en el que se resalta el valor humano de la amistad y de la libertad personal. Cuando procuran acercar a Cristo a sus amigos, parientes y conocidos, los miembros del Opus Dei saben bien —y se les recuerda con frecuencia en los medios de formación espiritual de la prelatura— que es de Cristo de quien deben hablar, no de sí mismos. Cristo es el único modelo a seguir.

En este marco de humildad, naturalidad y responsabilidad personal se entiende que nadie pueda arrogarse la función de hablar “en nombre del Opus Dei” salvo el Vicario regional de cada circunscripción, que representa esta realidad de la Iglesia ante las diversas autoridades. Se insiste en la necesidad de asumir personalmente la responsabilidad de las propias acciones. Todo lo bueno que una persona pueda hacer debe atribuirlo a la gracia de Dios, que es el que santifica. El Opus Dei no busca gloria humana, y procura inculcar en todos sus miembros, cooperadores y personas que participan en sus apostolados el afán por trabajar sólo para la gloria de Dios.