Netherhall House ha cumplido 50 años

La residencia de estudiantes Netherhall House ha celebrado su 50 aniversario en Londres. Los residentes de Netherhall han querido festejar este acontecimiento acompañados por amigos, familiares y por casi doscientos antiguos residentes.

Este curso está siendo muy especial para Netherhall House. Se conmemoran los 50 años de vida esta residencia universitaria. Para celebrar este aniversario, se han organizado diversas actividades académicas y culturales, junto a iniciativas de solidaridad, como la que protagonizaron este verano un grupo de residentes de Netherhall, que viajaron a Nicaragua para realizar un campo de trabajo.

Entre los actos conmemorativos, destacan los encuentros con antiguos residentes que han tenido lugar en junio y en septiembre, en los que se proyectaron vídeos con imágenes de algunos de los momentos más importantes de la historia de esta residencia, como la visita de la Reina Madre en 1966 y de la duquesa de Kent en 1995. Los antiguos residentes, al volver a su ‘casa’ de Londres, intercambiaron historias y anécdotas de los años estudiantiles, creando con sus recuerdos un clima de fiesta y agradecimiento por los años trascurridos en Netherhall. Las celebraciones incluyeron una barbacoa en la azotea, que estuvo amenizada por música en directo interpretada por algunos residentes.

Una residencia internacional

Netherhall nació en 1952 como residencia para estudiantes de la Universidad de Londres y de otras instituciones universitarias de la capital británica. Al principio, acogió sólo a 25 residentes; luego, la compra de un edificio anejo permitió aumentar su capacidad. Esta residencia ocupó un lugar especial en el corazón del fundador del Opus Dei, san Josemaría Escrivá, quien se alojó en ella durante sus estancias en Londres entre 1958 y 1962. La casa tiene un oratorio y un capellán católico, que está a disposición de los estudiantes. La orientación espiritual y doctrinal de las actividades están confiadas a la prelatura del Opus Dei. El aire de familia cristiana, que forma parte del particular ambiente de Netherhall, está abierto a todos los residentes. Algunos años los estudiantes católicos han sido una minoría, y conviven con fieles de otras confesiones cristianas, con estudiantes de otras religiones: musulmanes, judíos, budistas, hiduistas y con quienes no profesan ninguna religión.

Netherhall ha sido siempre muy internacional. En el curso académico 2001-2002 sólo la cuarta parte de los residentes eran británicos. El resto procedía de 30 países diferentes. En estos 50 años de historia, la mitad de los 3.000 colegiales que han pasado por Netherhall son no europeos. Según Jim Mirabal, director de Netherhall a mediados de los 70, lo que da un toque especial a esta residencia es el ambiente que se respira en ella. “Vivíamos cien personas aquí. En esta residencia comprendíamos fácilmente las palabras de san Josemaría, quien dijo que sólo hay una raza, la raza de los hijos de Dios. Este espíritu es algo que luego la vida te enseña a valorar”.

En el encuentro conmemorativo de junio, Kevin Dalton, residente de finales de los 60, recordó que en 1968 “en Netherhall no hubo disturbios estudiantiles. Quizá fue el único sitio de Londres donde no hubo. No nos hubiéramos comportado así con nuestras familias, y Netherhall era una familia”. Recuerda con especial agradecimiento las tertulias de los sábados por la tarde en la sala de estar de la residencia, donde la gente se reunía para charlar. Algunas veces Bob Farrell, el director por aquel entonces, tocaba la guitarra y los residentes le acompañaban cantando.

Al llegar su quincuagésimo aniversario, Netherhall ocupa, además del edificio original, un edificio de cuatro plantas inaugurado en 1966 por la Reina Madre, que ha fallecido recientemente. En 1995 la duquesa de Kent inauguró la segunda fase de construcción de Netherhall House. Ese día la duquesa quiso recordar a todos los residentes las mismas palabras que en 1966 pronunció la Reina Madre cuando visitó esta residencia: “No puedo imaginar un mejor sitio que Netherhall para promocionar una formación de altura, donde el cristianismo y el espíritu de servicio a los demás marcan un estilo de vida, una fuente de inspiración y una guía para todos los que vengan”.

El obispo de Nottingham, Malcolm McMahon, visitó la residencia con motivo de la fiesta de aniversario. Celebró la misa en el oratorio de Netherhall y, en su homilía, contó a los numerosos asistentes cómo había conocido la residencia en 1965: “Conocí ‘Camino’, el libro de reflexiones de san Josemaría, cuando asistí unos ejercicios espirituales en Netherhall. Me quedé con una frase -además de con una copia de ‘Camino’- que decía: ‘Es preciso que seas hombre de Dios, hombre de vida interior, hombre de oración y de sacrificio. Tu apostolado debe ser una superabundancia de tu vida para adentro’”.

Netherhall crea un ambiente “que favorece el estudio y las amistades”, explica Denis Chang, QC, CBE, ex presidente del Colegio de Abogados de Hong Kong y miembro del Gobierno de la ciudad estado. Cuenta cómo en 1968 acostumbraba a jugar a ajedrez con otro residente más joven que solía ganarle. Siempre perdió... hasta la última partida, antes de las vacaciones de verano. “Pienso que me dejó ganar”, dice con emoción.

Hubo una segunda celebración del 50 aniversario de Netherhall el 7 de septiembre. La respuesta fue, de nuevo, extraordinaria. Muchos de los que habían acudido a la primera convocatoria se unieron a aquellos que, por diversas circunstancias, no habían podido asistir a la celebración de junio.

Una de las visitas-sorpresa fue la del arzobispo de Westminster, el cardenal Cormac Murphy O’Connor. Junto a los demás, pudo escuchar un brillante recital de piano ofrecido por el conocido pianista Stephen Hough, uno de los patronos de Netherhall. También el cardenal es un buen pianista aunque, como él mismo admitió con buen humor, tiene ahora menos tiempo que antes para practicar.

Un viaje de solidaridad a Nicaragua

No todos han podido acudir a Netherhall para celebrar su aniversario. Sir Bernard Audley, presidente del Patronato, y su mujer, Lady Audley, enviaron una carta: “Ambos pensamos que Netherhall ha enriquecido nuestras vidas y las de otras muchas personas”. Augustine J. Chong, residente en 1960 y actual profesor de Física en la Universidad de Singapur, escribió: “Yo era un extranjero de un pequeño y lejano país, y ahora siento que pertenezco a la gran familia de Netherhall”. Los edificios van y vienen, pero el espíritu permanece.

Como parte de las celebraciones, algunos residentes organizaron un campo de trabajo en Nicaragua durante el verano. “Hemos trabajado en una zona rural bastante pobre reformando casas y construyendo letrinas”, cuenta uno de los asistentes, que volvió a Londres sorprendido de la amabilidad de la gente de la localidad. “Algo que nos llamó poderosamente la atención fue que la gente que conocimos no perdía nunca la alegría. Se les veía siempre felices, contentos y muy solidarios. Cuando trabajábamos allí se preocupaban de si estábamos bien, si no nos cansábamos demasiado. Nos invitaban a comer, nos ofrecían las cosas que tenían y se quedaron sumamente agradecidos”.