Entrevista a Pilar Cambra, periodista

La periodista Pilar Cambra, redactora-jefe de "Expansión" y colaboradora de la revista "Telva" y de la "COPE", ha sido una de las participantes en la "Jornada Familia y Juventud", organizada en Madrid por el Colegio Senara.

La periodista Pilar Cambra

-¿Cuál ha sido la "revolución" del mensaje del Opus Dei?

-No sé si se le puede llamar revolución. Lo que ha hecho el Beato Josemaría es recordar el mensaje de Dios de la llamada universal a la santidad. En ese sentido, una de las claves más importantes, tanto de la personalidad del beato Josemaría como del Opus Dei, es la necesidad de amar a Dios sobre todas las cosas, a los demás y al mundo.

-¿Cuál cree usted que ha sido el principal legado del beato Josemaría a las familias en su tarea educadora?

-La clave de toda educación es el afecto: afecto en la familia, afecto de los educadores por sus alumnos, de los hijos por sus padres, etc. No hay otra receta: la entraña de toda tarea educativa es el amor. Yo creo que el título de la homilía "Amar al mundo apasionadamente" revela una posición de cariño que, si tenemos en cuenta que quizás la mejor definición que se ha dado de Dios es la de san Juan ("Dios es Amor"), no tiene que extrañar que la vida humana deba ser una sucesión de amor, un amor bien educado, bien enfocado y correctamente ejercido. Nada tendría sentido si no estuviera hecho de amor y desde el amor. Y también la santificación del trabajo, como la esencia del Opus Dei, tampoco tiene ningún sentido si no está hecho con amor y para amar a los demás.

-En esa homilía se habla de unidad de vida. ¿Cómo se la puede describir exactamente?

-El beato Josemaría ponía un ejemplo muy gráfico: el del sombrero. No vale ponerse el sombrero de ser cristiano en la vida privada y quitárselo cuando uno va a ejercer alguna tarea pública. Hay intentos por arrinconar al cristianismo al estricto ámbito de la vida privada, pero el cristianismo no vale para unos momentos sí y otros no. El cristianismo es un modo de vivir la vida: la vida profesional, la vida familiar, la vida política, el descanso...

-¿Y qué es lo que le acercó al Opus Dei, lo que más la atrajo?

-Lo que me impulsó a acercarme a la Obra fue Dios, porque la vocación al Opus Dei es una vocación divina. Desde muy joven leí escritos del Fundador del Opus Dei. Durante esos años pensaba que si había algún modo de hacerse santa sin abandonar el mundo, ese modo era el del Opus Dei. Era como el "traje de santidad" de una persona normal del siglo XX: activa, trabajadora, con su familia... Pero también el paso decisivo hacia el Opus Dei me lo hicieron dar sus miembros, por su modo de vivir, de ser amigos de sus amigos, su trato, su espiritualidad... Fueron, pues, como tres "tirones": uno, Dios; otro, el mensaje del beato Josemaría; y luego sus hijos en el Opus Dei.