Juan Pablo II en Lourdes: últimos preparativos

Con motivo de la visita que el Santo Padre realizará al santuario mariano de Lourdes el 14 y 15 de agosto, le informamos de un texto publicado por la Oficina de Celebraciones Litúrgicas. Es la octava visita que Juan Pablo II realiza a Francia.

La relación entre el santo Padre y Lourdes comienza por una ausencia. En efecto, con motivo del atentado que sufrió en la plaza de San Pedro el 13 de mayo de 1981, festividad de Nuestra Señora de Fátima, el Papa no pudo presidir el Congreso Eucarístico Internacional celebrado en el santuario francés en el mes de julio de ese año. Lourdes había sido escogido como sede con motivo de la gran importancia que se concede en este lugar a la Eucaristía. El Papa Pío X veía en Lourdes « el más bello de los tronos eucarísticos ». En esta ocasión, se recordará ese Congreso de 1981 gracias a una gran Cruz con una espiga de trigo en ella que será colocada en mitad de la asamblea.

Dos años después del congreso, el 14 y 15 de agosto de 1983, el Papa pudo culminar el proyecto que, según sus palabras, «tenía en el corazón desde hacía años». Al marcharse, el Papa expresó haber «sentido una alegría indescriptible». “Sí, guardaré el recuerdo de esta festividad de la Asunción como uno de los más bellos de mi existencia”. Ojala en esta ocasión, veintiún años después de la primera visita del Papa a Lourdes, tanto el Santo Padre como los peregrinos alcancen de nuevo esa “alegría indescriptible”.

En este año 2004, el Papa acude de nuevo a Lourdes en peregrinación, los días 14 y 15 de agosto, con ocasión del 150 aniversario de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción, realizada por el beato Pío IX. Es una oportunidad para afirmar nuestra fe por medio de la contemplación de este insigne privilegio de la Madre del Señor. Con esta peregrinación, el santo Padre desea inaugurar las celebraciones del 150 aniversario en el mismo lugar donde la Virgen, al aparecerse a santa Bernardette Sobirous, confirmó la veracidad de la Inmaculada Concepción.

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El rezo del Ángelus

El sábado 14 agosto, a las 12,30 h., el Santo Padre acudirá a la gruta de Massabielle donde, según la costumbre, beberá del agua de la fuente. Entregará al obispo de Lourdes la « Rosa de oro » en honor de la Inmaculada Concepción de la Virgen María y rezará el Ángelus, que finalizará con la bendición Apostólica.

Por la tarde del sábado, se rezará el rosario junto con el Santo Padre. Aunque el sábado no es el día habitual para meditar los misterios luminosos, se ha escogido esas escenas para evitar repetir los que se pronunciarán en la procesión de la noche, y especialmente para resaltar la gozosa innovación introducida por el Papa Juan Pablo II en la Carta Apostólica sobre el Rosario: completar las tres series de misterios –gozosos, dolorosos y gloriosos- con esta otra serie –luminosos- que permiten meditar escenas evangélicas en las que se descubren nuevos aspectos del misterio de Jesús.

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Según las indicaciones de dicha Carta Apostólica, cada decena del Rosario estará precedida por una corta lectura del Evangelio y una breve meditación que nos introducirá en la contemplación de los misterios divinos.

La procesión de antorchas

Las «Avemarías» se recitarán en las seis lenguas de los santuarios más importantes : francés, italiano, español, inglés, alemán y holandés. El texto de la salutación angélica tendrá, para cada misterio, una fórmula particular. Una oración concluirá la meditación de cada misterio.

Al final del rosario, el Santo Padre recitará una última oración y dará la bendición apostólica.

Por la noche del 14 de agosto, el santo Padre, desde la residencia de “L’ Accueil Notre-Dame”, iniciará la procesión de las antorchas con una monición. La procesión, presidida por el Cardinal Godfried Danneels, Arzobispo Malines-Bruxelles, partirá desde la Gruta de las Apariciones y recorrerá la ribera del río. Al final, el cardenal y los obispos presentes bendecirán a la asamblea.

Eucaristía el domingo

El domingo 15 de agosto, solemnidad de la Asunción de la Virgen María, el santo Padre presidirá la Celebración Eucarística, que tendrá las siguientes particularidades:

1 ) Como siempre se ha hecho en Lourdes, se tendrá en cuenta la diversidad de idiomas, que quedará patente tanto en las lecturas como en las oraciones de petición y en los cantos. El libreto entregado a cada peregrino ofrece las traducciones. Sin embargo, el francés será la lengua principal de la celebración.

2 ) El rito de la aspersión será realizado con agua de la fuente de Massabielle. La Virgen dijo a Bernardette: “Ve a la fuente a beber y a lavarte”, por lo que no parece necesario pronunciar una oración de bendición del agua utilizada para la aspersión penintencial.

3 ) Las lecturas y las oraciones serán las de la solemnidad de la Asunción de la Virgen María.

4 ) La profesión de Fe la dirigirá Mons. Jean-Pierre Ricard, presidente de la Conferencia Episcopal francesa. Responderá en ella a la pregunta realizada por Juan Pablo II en la Misa celebrada en Bourget el 1 de junio de 1980 : «Francia, hija primogénita de la Iglesia, ¿eres fiel a las promesas de tu bautismo?» Elle sera une réponse à la question posée par le pape Jean-Paul II, lors de la Messe célébrée au Bourget le 1er juin 1980 : "France, fille aînée de l'Église, es-tu fidèle aux promesses de ton baptême ?"

5 ) La oración de los fieles ha sido redactada en forma de letanía.

6 ) El cáliz y la patena utilizados por el Santo Padre fueron ofrecidos al santuario de Lourdes por la diócesis de Roma con ocasión del centenario de las apariciones. Juan XXII regaló a la Iglesia de Notre-Dame de París el copón que se utilizará.

7 ) A lo largo de la explanada, de 500 metros, una larga tela, sostenida por los servidores del altar, simbolizará la ligazón entre el altar y toda la asamblea.

8 ) Para la comunión, se ha perseguido dos objetivos: que sea distribuida por el mayor número de sacerdotes y diáconos; que la duración no sea excesiva.

9 ) Al final, el santo Padre dirigirá un saludo a los peregrinos, recitará la oración del Ángelus y dará la bendición apostólica.

Oración personal en la gruta de Massabielle

Antes de marcharse de Lourdes, el Santo Padre acudirá a la gruta de las apariciones y realizará su oración en silencio.

María, signo de esperanza

La peregrinación del Santo Padre a Lourdes marca el comienzo de las celebraciones del 150 aniversario de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción.

En los primeros años del nuevo milenio, el Papa nos invita a contemplar a María como prefiguradora de la Iglesia, la esposa sin arruga ni mancha, resplandeciente de belleza, que interviene en favor del pueblo de Dios y que constituye para este el ideal de la santidad (cfr. Prefacio de la solemnidad de la Inmaculada Concepción). “Mientras contemplamos a la Madre de Dios subir al Cielo, somos invitados a vivir en una gozosa confianza en la fidelidad de Dios a sus promesas. Pues la Virgen santa es “la aurora de la Iglesia triunfante que guía y sostiene la esperanza del pueblo de Dios todavía en camino ». (Prefacio de la solemnidad de la Inmaculada Concepción).