Un peregrino sobre ruedas

El cordobés Antonio García Chacón acaba de recorrer 1.210 kilómetros en bicicleta hasta el santuario de Torreciudad para defender los derechos de los discapacitados. “Quiero que todos los que tienen algún impedimento físico se apoyen en la fe para seguir adelante”. Noticia publicada en el Heraldo de Aragón.

El ciclista Antonio García junto al rector del santuario.

Antonio García Chacón, un discapacitado de Palma del Río (Córdoba) de 48 años, casado y con dos hijos, acaba de recorrer 1.210 kilómetros hasta el santuario de Torreciudad (Huesca) en una mountain-bike con casi 15 kilos de equipaje, para defender los derechos de las personas con discapacidad.

Este cordobés sufrió en 1981 un accidente de tráfico que le tuvo mes y medio en coma, además de causarle dos paradas cardiacas que afortunadamente pudo resistir.

Como secuelas del aquel siniestro, una parálisis total en la mitad derecha de su cuerpo durante ocho meses, que le dejó una capacidad pulmonar inferior a la normal, así como problemas de movilidad en el hombro y brazo derechos y dificultades de expresión oral.

A una media de 110 kilómetros durante 11 días, García Chacón ha realizado esta marcha con un objetivo: "Visitar lugares de devoción mariana para alimentar mi fe, porque consideró que es un factor clave para dotar a una vida de sentido".

"Quiero que todos los que tienen algún impedimento físico se apoyen en la fe para seguir adelante, porque si yo lo conseguí, creo que otros también serán capaces", explicó el ciclista en Barbastro. "Y de verdad que se puede ser muy feliz si uno asume las circunstancias que le rodean".

Antonio confiesa que antes de cada viaje pide a Dios que la peregrinación sea tranquila, que aumente su fe y que le guíe durante el camino. Su última epopeya ha pasado por Aragón y ha contado con el patrocinio de la empresa palmeña Arteoliva, el Patronato Deportivo Municipal y el Ayuntamiento de Palma del Río.

"Se trata --continúa-- de un viaje muy interesante. Me parece que la fe y el deporte son muy importantes para una persona, de modo especial, cuando se atraviesa por una situación difícil de entender, como fue mi accidente. Además, cada viaje forma parte de una promesa que hice a mis amigos enfermos, a quienes me veo en la obligación de ayudar".

Con esta última peregrinación son ya cinco las que he llevado a cabo: Santiago de Compostela, Lourdes, Roma, Covadonga y Torreciudad. "Y todavía tengo pendiente Fátima", explica. "La de Roma ha sido la peregrinación más dura. Hice 2.500 kilómetros para poder visitar a Juan Pablo II, quien me recibió para darme su bendición, lo que justifica hacer un esfuerzo de tal envergadura".

Heraldo de Aragón