Don Álvaro, ingeniero de servicio público

Los ingenieros civiles de Madrid homenajearon ayer a su colega Álvaro del Portillo recordando su paso por la Escuela de Obras Públicas y su legado como ingeniero, sacerdote universal, y próximo beato.

La Escuela Técnica Superior de Ingeniería Civil acogió ayer un acto institucional de reconocimiento de la figura de Mons. Álvaro del Portillo . Pocos días antes de la inauguración de su centenario, sus antiguos colegas quisieron rendirle un sentido homenaje.

Tanto la Escuela como el Colegio de Ingenieros de Obras Públicas -en el que Don Álvaro aparece registrado como colegiado número 788- organizaron una mesa redonda en la que se repasó su breve trayectoria universitaria y profesional como ingeniero de Obras Públicas y los frutos de la vida de unos de sus colegas más distinguidos, según Carlos Delgado Alonso-Martirena, director del centro universitario dependiente de la Universidad Politécnica de Madrid.

El decano del Colegio de Ingenieros de Obras Públicas de Madrid, Jesús Martínez Alegre, desgranó numerosos detalles biográficos del paso de Don Álvaro por la Escuela.

El decano del Colegio de Ingenieros de Obras Públicas de Madrid, Jesús Martínez Alegre, desgranó numerosos detalles biográficos del paso de Don Álvaro por la Escuela, con documentos inéditos del archivo incluidos, y destacó el esfuerzo constante del futuro beato, la normalidad de su itinerario académico, su precoz responsabilidad en la firma de proyectos durante su breve etapa laboral, y el doctorado como ingeniero de Caminos que consiguió en 1965, después de veinte años alejado del ejercicio profesional, "algo que me admira".

Martínez Alegre afirmó que "Álvaro del Portillo inició su carrera profesional como ayudante de Obras Públicas, y ese carácter de ayuda y servicio a la sociedad fue el que configuró toda su vida, como se comprueba por las realizaciones que se llevaron a cabo con su iniciativa en beneficio de las necesidades sociales: universidades, clínicas, hospitales, escuelas, bancos de alimentos, etc.".

Álvaro del Portillo fue 'un gran amigo de la libertad, que edificó su vida sobre un voluntario olvido de sí mismo para ponerse al servicio de muchos', afirmó Pablo Pérez López, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Navarra.

Pablo Pérez López, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Navarra, ha destacado de Don Álvaro su vida volcada en "un proyecto común, pendiente del servicio a la Iglesia en el Opus Dei". Afirmó también que el futuro beato fue "un gran amigo de la libertad, que edificó su vida sobre un voluntario olvido de sí mismo para ponerse al servicio de muchos".

Puente hacia el bienestar ajeno

Trazando un paralelismo entre su vida y algunas características señaladas del siglo XX, señaló que contra la tendencia al colectivismo y el triunfo del individualismo, Don Álvaro "tuvo un gran interés por lo social en todas las etapas de su vida" con ejemplos prácticos y concretos que hoy son iniciativas sociales repartidas por los cinco continentes. En esta línea, remarcó que su vida fue "pensar siempre en el bienestar de los demás" y contribuir con su iniciativa y su implicación a "aliviar el sufrimiento de las personas", como demuestra, entre otras cosas, su impulso a la investigación médica aplicada en proyectos como el CIMA, de la Universidad de Navarra, o el Campus Biomédico, de Roma.

Además, ha subrayado que fue "un gran amigo de la tecnología, aunque estaba convencido de que la solución de los problemas no es sólo técnica, sino sobre todo, ética". De su biografía destacó también "su valentía para arriesgar" y su "audacia moral sobresaliente" en unos momentos en los que la seguridad se había convertido en la garantía de los grandes retos.

Martínez Alegre afirmó que 'Álvaro del Portillo inició su carrera profesional como ayudante de Obras Públicas, y ese carácter de ayuda y servicio a la sociedad fue el que configuró toda su vida'.

Finalmente, aseguró que Don Álvaro "supo poner lo personal al servicio de los hombres, por eso considero que es una persona adelantada a su tiempo. Una de esas personas que viven en el tiempo, pero lo trascienden y que muestran que Jesucristo pervive en la Historia".

Durante el acto se proyectó el documental "Saxum: recuerdos de Mons. Álvaro del Portillo", que fue presentado por su director, el periodista Antonio Tormo.