¿Los Reyes Magos se han puesto enfermos?

Los han visto. Sí eran ellos, han entrado y llevan mucho tiempo. ¿Habrá pasado algo? Algunos no se lo creen, pero otros aseguran que son ellos. Pero, ¿qué hacen los Reyes Magos en la Clínica Universidad de Navarra?

Melchor dirige unas palabras a los niños ingresados en la Clínica Universidad de Navarra

Melchor es ya mayor pero el año pasado estaba bastante bien. Gaspar siempre va muy cargado de regalos pero presume de su fuerza. Y Baltasar, con ese buen color,… nunca diría que está enfermo. Pero entonces, ¿qué hacen en la Clínica? Al parecer no es el primer año que paran allí, ni el segundo, ni el tercero… llevan unos 40 años visitando, después de adorar al Niño en Belén, a niños y mayores que pasan la noche de Reyes ingresados. 

Desde Oriente hasta Belén hay un largo camino que Sus Majestades, los Reyes Magos de Oriente, realizan repartiendo alegría e ilusión. Son muchas las paradas que van haciendo antes de la noche mágica en la que los niños se van pronto a la cama para descubrir, a la mañana siguiente, qué es lo que les han dejado junto a su zapato, ¿será carbón o será ese juguete tan esperado?

El cortejo real iba acompañado de la tuna de la Universidad de Navarra y de un par de magos que realizaron algunos trucos ante la atenta mirada de los niños.

Una de las paradas más entrañables es la que sus Majestades (muy conocidos entre el personal del centro médico)  hacen en la Clínica, donde son recibidos por cerca de un centenar de niños. Y ayer, como cada 5 de enero, no faltaron a su cita anual. Allí los niños les prepararon una bienvenida y los Reyes, para no ser menos, les dirigieron unas palabras recomendándoles acostarse pronto, dejar limpios los zapatos o compartir los juguetes que reciban. El cortejo real iba acompañado de la tuna de la Universidad de Navarra y de un par de magos que realizaron algunos trucos ante la atenta mirada de los niños. Todos ellos tuvieron la oportunidad de saludar a Melchor, Gaspar y Baltasar. Algunos se acercaron decididos y otros con un poco de miedo, pero al final todos se lanzaron a darle un beso a su rey y recibir los balones que traían.

Melchor y Gaspar con uno de los recién nacidos.

Más que una carta, un encargo

Cada año, los Reyes reciben algunas cartas rezagadas que al abandonar la Clínica leerán para ponerse a trabajar. Nos cuenta Gaspar que hace un par de años recibió una que recuerda con especial emoción y que sigue guardando; es la de Sarai. Más que una carta, era un encargo para Ibone, su hermana, y decía: “Ibone espero que sepas que te quiero mucho y se que estás en el cielo y aunque estés en el cielo siempre serás mi hermana. 2 besos muy fuertes. Sarai.”

Nos cuenta Gaspar que hace un par de años recibió una que recuerda con especial emoción y que sigue guardando; es la de Sarai.

Una pequeña hada con cáncer

Es habitual que después de estar con cada uno de los niños, los Reyes comiencen su recorrido por la Clínica. La primera parada siempre es la segunda planta, pediatría. Como son ya muchos los años que llevan viniendo, conocen el edificio a la perfección. Sus majestades recuerdan que un año una niña de oncología pediátrica les pidió un disfraz de hada. Tanta ilusión le hacía que cuando lo recibió no dudó en ponérselo y despidió a Sus Majestades como un hada perfectamente ataviada. 

Cartel que anuncia la llegada de los Reyes a la Clínica. Reyes que son muy conocidos entre el personal del centro médico.

Pero no son solo los niños los que esperan la visita real que se extiende por todas las habitaciones de la Clínica. “Lo que en los niños es sorpresa, alegría y exaltación, en los mayores son emociones y lloros por las circunstancias en las que están” reflexiona Gaspar. También ayer pudieron repartir en cada habitación de los adultos los regalos que sus familiares habían preparado previamente y aprovecharon para hablar con los pacientes a los que les aseguraban que iban a hacer uso de su influencia en el cielo rezando para que se curen pronto, regalo este último que agradecieron con emoción.

Los Reyes se despidieron hasta el año que viene antes de emprender la larga noche de trabajo que les esperaba.