Benedicto XVI en Líbano: responded con el perdón

En su viaje a El Líbano Benedicto XVI visitó la basílica Greco Melquita de Harissa, el santuario mariano más importante de Oriente Medio. Allí habló sobre el perdón (Vídeo).

Entre fuertes medidas de seguridad el Papa llegó a la basílica Greco Melquita de Harissa, el santuario dedicado a la Virgen María más importante de Oriente Medio. Allí firmó un documento oficial sobre la situación de los cristianos de esta zona.

 

Nada más entrar, el Papa bendijo a los participantes como los patriarcas orientales, con una cruz en la mano en lugar de un báculo. 

Además, saludó al presidente de la República, el cristiano Michel Suleiman y a varios representantes musulmanes que siguieron el encuentro en primera fila.

El Papa explicó que ha preparado este nuevo documento a partir de las reflexiones del sínodo de obispos de Oriente Medio, que tuvo lugar en Roma en octubre de 2010, y en el que participaron 255 obispos y líderes religiosos de la zona.

Por eso, en primer lugar recordó las dificultades que atraviesan los cristianos en Oriente Medio.

“Toda la Iglesia -dijo el Papa- pudo escuchar el grito lleno de angustia, y percibir la mirada de desesperación de tantos hombres y mujeres que se encuentran en situaciones humanas y materiales difíciles, que viven fuertes tensiones con miedo e inquietud, y que quieren seguir a Cristo, que da sentido a su existencia, a pesar de que muy a menudo se ven impedidos de hacerlo”.

El Papa dijo que conoce la situación de discriminación que atraviesan y los problemas sociales que encuentran. Pero les pidió que no pierdan la esperanza.

“Ahora -continuó- es precisamente cuando hay que celebrar la victoria del amor sobre el odio, del perdón sobre la venganza, del servicio sobre el dominio, de la humildad sobre el orgullo, de la unidad sobre la división”. 

El encuentro incluyó muchos elementos de la tradición greco-melquita, como la lectura del Evangelio en árabe o los cantos de esta Iglesia católica de tradición oriental.

Uno de los momentos más curiosos fue la entrega de regalos. El Patriarca greco melquita regaló al Papa una bellísima cubertería, ejemplo de artesanía del Líbano.