3. SU MENSAJE

Biografía de MONTSE GRASSES. SIN MIEDO A LA VIDA, SIN MIEDO A LA MUERTE. (1941-1959) por José Miguel Cejas. EDICIONES RIALP MADRID

La Iglesia inició el Proceso informativo para la Beatificación de Montse Grases el 19 de diciembre de 1962, sólo cuatro años después de su muerte; y se clausuró el 26 de marzo de 1968. A esa edad la mayoría de los jóvenes están estrenando su vida; sin embargo Montse fue tan de prisa, tan acompasada con la gracia divina, tan al paso de Dios, que a esa misma edad ya había llegado, con la sencillez de siempre, a la plenitud del Amor.

Pero, ¿puede uno hacerse santo así, se preguntará algún lector, a los diecisiete años? La vida de esta joven catalana es la mejor respuesta. Montse demostró, a lo largo de su existencia sencilla la profunda verdad de estas palabras del Fundador del Opus Dei: "-Ser santo no es fácil, pero tampoco es difícil. Ser santo es ser buen cristiano: parecerse a Cristo. -El que más se parece a Cristo, ése es más cristiano, más de Cristo, más santo".

Por esa razón, lo mismo que a San Isidro lo representan en la parroquia de Seva, su pueblo de veraneo, con los instrumentos de su santificación -la azada y la horca con que hacinaba las mieses-, si algún día la Iglesia dice su última palabra sobre la santidad de Montse Grases, habría que representarla con su falda escocesa a cuadros verdes, -de la que se sacaron las reliquias de su estampa- con sus libros de "l'Escola", tocando la guitarra, y a los pies... una raqueta de tenis. Porque también en el deporte supo encontrar a Dios.