Sábado, 15 de noviembre

Biografía de MONTSE GRASSES. SIN MIEDO A LA VIDA, SIN MIEDO A LA MUERTE. (1941-1959) por José Miguel Cejas. EDICIONES RIALP MADRID

Aquel sábado, después de unos días de muy mal tiempo, calificado por algunas de las que vivían en Villa Sacchetti, con ironía, como de "otoño suave", salió por fin con fuerza el sol romano. Aprovechando la circunstancia, unas se fueron de excursión y otras acompañaron a Montse a contemplar las grandes basílicas romanas. Vieron Santa María la Mayor, con su alto campanile, el más antiguo de Roma. Allí se custodian las reliquias del pesebre, los grandes mosaicos y el artesonado dorado con el primer oro que se trajo de las Indias... Vieron también Santa María de los Angeles y una Basílica de reciente construcción, que estaba muy cerca de Villa Sacchetti, junto a Villa Borghese: San Eugenio.

Uno de aquellos días Encarnita estuvo hablando con Montse. El Fundador "me había encargado -cuenta- que le hablara con delicadeza y claridad del alcance de su enfermedad, para que la aprovechara con eficacia sobrenatural y para que se dispusiera a ganar la última batalla. Lo hice con la mayor delicadeza y claridad que me fue posible. Me dijo que tenía horror al dolor físico, pero 'pienso que si soy fiel a lo que Dios me pide cada día, El me dará su gracia'; comprobé así la fuerza con que había arraigado en ella el sentido de la filiación divina, a la vez que, de manera muy humana y sencilla, manifestaba su miedo al dolor. Se hacía patente su recia piedad: cariño a la Virgen por medio de las normas marianas que vivimos en la Obra; devoción a la Eucaristía que demostraba en su forma de hacer la genuflexión, aunque le costara esfuerzo por la enfermedad.

Al verla con una alegría que destacaba en todo momento -en los ratos de vida de familia, en el comedor, etc.- pensé que quizá mi explicación no hubiese sido suficientemente clara y antes de marcharse le pregunté si estaba dispuesta a todo. Sonrió y dijo que sí".