Una tormenta aparatosa

Biografía de MONTSE GRASSES. SIN MIEDO A LA VIDA, SIN MIEDO A LA MUERTE. (1941-1959) por José Miguel Cejas. EDICIONES RIALP MADRID

"En ese viaje -cuenta su madre- sucedió algo con lo que yo no contaba en absoluto. Fue algo incomprensible: yo pienso que fue una prueba más que Dios permitió en su vida. El caso es que, a pesar de las gestiones que hizo Manuel con uno de los oficiales de vuelo para que se ocuparan de ella, no sólo no la atendieron en absoluto, sino que, aunque Montse pidió quedarse en el aparato, la obligaron a bajar del avión en las dos escalas que hizo, en Niza y en Milán...

Es más: en una de esas escalas, después de hacerla bajar y caminar hasta el aeropuerto en aquella situación tan lastimosa en la que estaba, le pidieron el pasaporte de nuevo; y tuvo que volverse, cojeando, empapada bajo la lluvia, hasta el avión a buscarlo... y luego volver de nuevo.

El viaje fue muy malo, porque en el trayecto de Milán a Roma, en el que el avión iba prácticamente vacío, se encontraron con una tormenta muy aparatosa. Una de las pasajeras se puso histérica y empezó a chillar. Y las azafatas, por lo que me contó a la vuelta, se despreocuparon de los pasajeros: siguieron en su cabina y no salieron para nada.

-¿Y tú, qué hacías, Montse?, le pregunté.

-Yo pensaba que estaba encima de Roma y que quizá no iba a ver al Padre..."

Ese pensamiento no era fruto del pesimismo. Montse rezumaba optimismo y alegría de vivir. Pero había visto, a lo largo de su vida, cómo se le habían ido derrumbando, una tras otra, todas sus ilusiones humanas. "¿Te das cuenta? -le contaba a su madre-. Todas las cosas que me han hecho ilusión en esta vida las he tenido que dejar: cuando más contenta estaba en el Jesús-María me cambiasteis; luego me tuve que marchar también del colegio de las Damas Negras; y más tarde tuve que dejar el baloncesto, por lo del divertículo; y ahora que soy del Opus Dei..."

Ahora que era del Opus Dei sólo le quedaban pocos meses de vida y la ilusión de conocer en persona al Fundador de aquella Obra, en la que había entregado su vida a Dios en servicio de la Iglesia... ¿Iría a pedirle Dios también eso? Ya estaba preparada...