5. SEVA, VERANO DEL 1957

Biografía de MONTSE GRASSES. SIN MIEDO A LA VIDA, SIN MIEDO A LA MUERTE. (1941-1959) por José Miguel Cejas. EDICIONES RIALP MADRID

Volvamos de nuevo al hogar de los Grases en Barcelona, que durante esos días se encontraba en pleno ajetreo. Los chicos habían concluido las clases y preparaban entre todos las maletas para el veraneo. Enrique había terminado sexto de Bachillerato y se preparaba para entrar en el Seminario; Montse había terminado su primer año en la Escuela Profesional.

Aquel verano del 57 en Seva comenzó bajo el patrocinio de San Lorenzo: ¡qué calor! Y eso que en aquel pequeño pueblo junto al Montseny no hacía tanto calor como en Barcelona, pero aun así se dejaba sentir el bochorno, al igual que en el resto del país..., ¡habían dicho en la radio, en "el parte" de las dos y media -comentaban- que en Pamplona estaban a cuarenta grados! ¡En Pamplona!

¡Cuarenta grados! Parecía como si el glorioso santo hiciese participar a los sufridos veraneantes de la propia temperatura de su parrilla...

Y en Europa -así, como algo lejano y separado: Europa estaba entonces mentalmente muy lejos todavía- tampoco les iba mejor: habían muerto doce personas en Francia a causa de la ola de calor y en ciudades como Berlín estaban a 34 grados.

Al fin, el 10 de agosto, fiesta de San Lorenzo, se acabó el martirio: ya estaban asados suficientemente por una parte y por otra, y el astro rey amainó sus furias... Bajaron los grados del termómetro; tomaron los veraneantes un respiro, mientras se seguían comentando las últimas novedades, en las tertulias veraniegas de Seva:

-"¿...Sabe usted que el nuevo coche que ha sacado la Seat..."

-"¿El 600?"

-"Sí; ése; ¡Pues que dicen que alcanza los 90 kilómetros!"

-"¡Qué barbaridad! Eso va a ser el fin del biscúter".

-"¡Y a 65.000 pesetas!"

-"Pues lo que le digo yo: que se acaba el biscúter".

-"Sí, han aparecido dos cerca de aquí: uno en Roda de Ter y otro en San Hipólito...", comentaban las señoras en la inevitable tertulia paralela.

-"¿Dos Seat 600?", preguntaba uno, despistado.

-"No, dos gamos. Deben de haber bajado del Montseny".

-"¿Dos gamos en Roda? Qué raro..."

-"Cosas que pasan".

-"Pues más raro todavía -intervenía otra- es lo de ése que está buscando oro en Madrid, en el parque del Retiro".

La otra contaba. El tema se ponía interesante.

-"Pues resulta que un tal Cervera, radioestesista, o radiestesista, que para el caso da igual, asegura que hay una mina de oro en el mismísimo parque del Retiro, junto a la montaña de agua. Y desde ayer -que lo he leído yo, que viene en 'La Vanguardia'- ya tiene a unos socios capitalistas dispuestos a excavar".

-"¿Y cree usted que allí habrá oro?"

-"¡Vaya usted a saber! De todas formas, como los de Madrid siempre quieren tener de todo..."

Del tal Cervera se pasaba al cine. En las carteleras se anunciaba una novedad: la última película de "Sissi Emperatriz", continuación de "Sissi" a secas, que había hecho furor años antes, donde según una señora, "se lloraba muy bien". Aunque también en lo de llorar hay gustos, porque enseguida replicaba otra:

-"¡Qué va! Donde se llora bien, bien, bien de verdad es en 'La Familia Trapp'..."