“Tengo el mejor manager del mundo”

Lo pequeño y lo grande. Cualquier trabajo creativo se desenvuelve entre el detalle, lo cotidiano, lo prosaico; y la plenitud, la perfección, lo sublime. Lo uno requiere tesón y esfuerzo; lo otro, alimentar el alma, cultivar cada cual su mundo interior para que sea capaz de generar algo nuevo. En esa tensión sutil se mueve Loreto Spá, una arquitecta que se define a sí misma también como empresaria.

Un día de trabajo en la empresa

Nunca se autocalificará como creadora –creación es una palabra infinita, fuera del universo medible– pero entiende y vive la arquitectura como un reto de hacer cada vez algo distinto, algo nuevo. De la mano de Dios, “el mejor manager del mundo”. Así lo cuenta ella.

Me llamo Loreto Spá, soy arquitecta y numeraria del Opus Dei desde 2º de carrera. Tengo un estudio propio en Granada y una empresa junto con un equipo de colaboradores y de socios en la que diseñamos proyectos de arquitectura y gestionamos las obras para ofrecer un “llave en mano” a los clientes.

Lo cercano…

¿Cómo santifico mi trabajo, o cómo quiero hacer mejor el mundo, que es lo mismo? Pues trabajando mucho y trabajando con creatividad y espíritu de superación; y más en estos tiempos que corren y en el mundo de la arquitectura que actualmente está muy difícil.

Mi día a día anda a caballo entre planos y maquetas y los andamios de las obras, sin olvidar la carga de reuniones y de administración que conlleva ser propietaria de la empresa. Es un mundo compartido con ingenieros, promotores, constructores, albañiles, fontaneros… en realidad todos formamos un equipo único hasta llegar a la finalización de un edificio. Creo que el arquitecto, como director de la obra, debe saber comunicar y entusiasmar al equipo con el trabajo propio de cada uno en relación al proyecto que se tiene entre manos.

Hay que dar importancia a las ideas fundantes y también a los detalles pequeños….que el carpintero sepa la importancia de elegir bien la manivela de la puerta, para que vaya en consonancia con la idea de la obra y también para que funcione a la perfección.

También santifico mi trabajo contando cada día con Dios, que me acompaña y es el motor de mi trabajo y de mi vida. Realmente Dios es el mejor manager del mundo y le encantan mis proyectos, ¿qué más puedo pedir? Por supuesto no tengo ni que decir que es el principio creativo y por tanto el mejor artista y arquitecto de todos los tiempos.

Grafiteros pintando la puerta metálica del garaje

Pero ante todo, Dios es mi Amigo y le trato en cualquier circunstancia: cuando voy en moto y en un semáforo le digo: “¡Señor qué se ponga en verde que no llegamos a la reunión!”, o cuando estoy con un promotor o con un albañil y pido interiormente por sus familias; también cuando tengo una buena idea o leo o veo algo que me emociona y le digo: “¡Qué pasada!”. Es una cosa natural y no tengo que hacer cosas extrañas para hablar con Él. Aunque para tener esta presencia de Dios durante el día necesito su ayuda y la busco en ratos de oración y en los sacramentos.

Observando un detalle en la reforma del garaje

Esta forma de enfocar el día a día muchas veces sorprende a otras personas y puede ser un modo de “despertarlas” para que descubran el sentido de sus propias vidas o reaviven su fe y su amistad con Dios. Es fácil romper esquemas cuando a un albañil le dices que te confiesas cada semana y le animas a que vuelva a los sacramentos.

El garaje, listo para ser usado temporalmente como farmacia

Esto me pasó hace poco cuando explicaba la ejecución del confesonario para un oratorio y mi interlocutor me dijo que él no se confesaba desde la Primera Comunión. Este tipo de conversaciones pueden dar lugar a una llamada interior, un “toc, toc, ¿hay alguien?”, cuyas repercusiones muchas veces sólo sabremos en el Cielo. También puede ocurrir cuando en una reunión dices: Mira, perdóname, pero me tengo ir a Misa”, y eso puede hacer que alguna persona piense: “Yo iba a Misa cuando tenía doce años… ¿por qué he dejado cosas que eran buenas?”…

Exposición Arquitectura Efímera, en el Colegio de Arquitectos. La narración del cómo se hizo la transformación del garaje en farmacia

…y el horizonte

Asistentes a un LiveSpeaking. La foto es portada del libro recopilatorio

Otro aspecto esencial en mi profesión es el enriquecimiento del mundo creativo y artístico. El cultivo de la interioridad y de la belleza interior de la que nacerán las ideas de tantos proyectos. Para mí es esencial enriquecerme interiormente porque nuestro trabajo parte de nuestro mundo interior, de la creatividad que seamos capaces de poner en marcha, de desarrollar.

Un momento de un Live Speaking en el estudio

Por lo tanto no se trata de copiar modelos de la historia anterior, ni proyectos del propio estudio, sino de aprender de ellos e interpretarlos en el momento presente. El reto y la forma de hacerlo bien es generar nuevas ideas y dar nuevas respuestas a los clientes, hacerlo mejor de lo que puedan conocer o imaginar. Por eso es parte de mi santificación el luchar por no ceder ante la comodidad de ir a lo fácil, a lo que “gusta” sin pensar en lo que podría ser mejor, y aportar así nuevas y mejores ideas: ¿Por qué una cosa tiene que ser de una única manera? ¿La de siempre? El ser humano tiene la capacidad y la responsabilidad de construir su historia a base de las novedades creativas de cada generación, y eso es parte esencial de mi integridad como artista y profesional.

Como medio para enriquecer el mundo creativo de los miembros de mi estudio creamos en 2010 una plataforma interdisciplinar de comunicación de ideas y procesos creativos que hemos llamado LiveSpeaking. Es una iniciativa para el enriquecimiento mutuo y la búsqueda de caminos creativos, un despertador de la interioridad y una llamada a la integridad de la persona y del artista.

En una céntrica calle. Foto para un reportaje publicado en la prensa (Patri Díez).

Lo que nos une en LiveSpeaking es el arte y la espiritualidad del ser humano, con independencia de las creencias y de las ideologías de cada cual. Nos parece importante la persona humana y sus potencias espirituales reflejadas en las distintas formas artísticas: la poesía, la pintura, la arquitectura, el flamenco… Durante el curso pasado tuvimos doce conferencias y acabamos de publicar un libro recopilatorio.

Un foro de diálogo de este tipo es una manera de proteger y estimular el mundo creativo propio y el de los demás. La pluralidad de opiniones en busca de la verdad es algo profundamente enriquecedor y un antídoto para la razón humana ante la amenaza del relativismo.