Un verano en Zurich

Francisco Ponz. MI ENCUENTRO CON EL FUNDADOR DEL OPUS DEI. Madrid, 1939-1944

El avance en mi tesis doctoral en el curso 1941-42 permitía prever su presentación para principios del verano. Era el momento de ampliar estudios en el extranjero. Decidido ya por la Fisiología, busqué un centro prestigioso de investigación en ese campo. Por causa de la guerra, elegí Suiza como país neutral, y gestioné una beca para trabajar un par de meses en el Instituto de Nutrición Animal de la Escuela Superior Politécnica Federal, que dirigía el Prof. Crassemann, en Zurich. Deposité en la Facultad de Ciencias la tesis ya comenzado el verano, pero la lectura habría de esperar a que se reanudase el curso.

Por primera vez desde mi petición de admisión en el Opus Dei iba a pasar una temporada lejos de un centro de la Obra, pero parte de ese tiempo coincidiría en Zurich con Juan Jiménez Vargas. En la segunda quincena de julio viajé en tren a Barcelona y allí tomé otro que, atravesando la zona de Francia dependiente del gobierno de Vichy, me condujo a Ginebra para seguir luego a Zurich. Otros universitarios españoles de áreas científicas próximas andaban ese verano por allí: además de Juan, recuerdo a Alfredo Carrato -al que conocía de Jenner y del Instituto Cajal de Madrid y me había orientado en la parte histológica de mi tesis- y a Cruz Rodríguez Muñoz, que se dedicaba a Fisiología Vegetal. Me alojé primero con Juan en el Hotel Limmathoff, junto al Lago, pero me cambié pronto a una casa de huéspedes para estudiantes.

En el par de meses que trabajé con el Prof. Crassemann, conocí las técnicas de análisis de forrajes y otros problemas de Nutrición Animal, me familiaricé con las tareas de laboratorio de un Instituto de alto rigor analítico y me fui haciendo con el idioma alemán. Trabajaba con intensidad para aprovechar aquella corta estancia, y algunos días festivos iba con Juan a remar al lago. Escribíamos a Diego de León para que supieran de nosotros. Yo me quedé más tiempo que Juan, hasta el 18 ó 19 de septiembre. Antes de regresar a Madrid, fui a conocer la Universidad del cantón católico de Friburgo. Visité allí el Instituto de Fisiología, dirigido por el Prof. Alloys Müller, en el que investigaba el Prof. L. Laszt en cuestiones de absorción intestinal relacionadas con la función endocrina, tema que me gustó. También estuve con el Prof. Kälin, de Anatomía Comparada, campo del que yo tenía poca experiencia y que me interesaba cultivar con vistas a presentarme a una cátedra de Organografía y Fisiología Animal, la única fisiológica que existía entonces en las Facultades de Ciencias españolas.