TRABAJO, SANTIDAD Y APOSTOLADO EN MEDIO DEL MUNDO

“La santificación del trabajo. El trabajo en la historia de la espiritualidad”. Libro escrito por el teólogo José Luis Illanes. Décima Edición revisada y actualizada.

Abandonando la perspectiva histórica que ha predominado en páginas anteriores, pasemos a exponer algunos de los rasgos fundamentales del espíritu del Opus Dei en conexión con ese eje crucial que es el trabajo. Para ello desarrollaremos algunos temas ya apuntados y añadiremos otros nuevos, porque la predicación del Fundador del Opus Dei no solo incluye -lo que ya hubiera sido de gran importancia- la afirmación y la llamada a una santificación en medio del mundo y en referencia al trabajo profesional, sino también una amplia descripción de lo que ese ideal, en su plasmación vital, supone e implica.

Para una exposición o análisis del espíritu del Beato Josemaría y del Opus Dei en cuanto tal, cabe elegir entre dos esquemas: sistemático el uno, genético el otro. Entendemos por esquema sistemático aquel que parte en su exposición de los principios y afirmaciones dogmáticas en las que un espíritu se fundamenta, para pasar luego a considerar las implicaciones ascéticas, espirituales, etc.; lo que, en el caso del Fundador del Opus Dei, equivaldría a comenzar analizando su honda comprensión del misterio de Cristo y sus afirmaciones sobre el sentido de la filiación divina, para poner luego de manifiesto cómo de ahí nace una valoración cristiana del mundo y de las realidades humanas, y terminar exponiendo el panorama de una vida de santidad y apostolado con entraña y características seculares (1). Entendemos por esquema genético aquel que aspira, bien a mostrar cómo fue creciendo y desarrollándose la predicación del Beato Josemaría, bien a exponer su espíritu siguiendo de algún modo el orden o forma en que se presentaba a aquellos hombres y mujeres, cristianos corrientes, a quienes el Fundador de la Obra se dirigía para darles a conocer el sentido cristiano de la realidad en la que viven.

Este último es el orden que hemos adoptado ya que es el que mejor se adecua al intento que nos ocupa. Téngase en cuenta, además, que estamos hablando de manifestaciones de vida espiritual y apostólica y, en este orden de realidades, como lo ha señalado el propio Beato Josemaría Escrivá, „primero es la vida, el fenómeno pastoral vivido. Después, la norma, que suele nacer de la costumbre. Finalmente, la teoría teológica, que se desarrolla con el fenómeno vivido. Y, desde el primer momento, siempre la vigilancia de la doctrina y de las costumbres; para que ni la vida, ni la norma, ni la teoría se aparten de la fe y de la moral de Jesucristo“ (2). El espíritu del Opus Dei no ha nacido como fruto de una reflexión separada de la vida, sino como una realidad plasmada a impulsos del Espíritu, que es vida, de la que luego brotan la reflexión y el análisis. Es lógico por eso que, en los primeros escritos del Fundador del Opus Dei, el aspecto que se encuentra más claramente perfilado sea precisamente el de una vida de oración, de santidad y de apostolado en medio del mundo, en el trabajo ordinario de cada uno, presuponiendo siempre un hondo trasfondo dogmático que el Beato Josemaría fue glosando cada vez con más profundidad.

Notas

1 Un ejemplo de este método es el seguido por Pedro Rodríguez en el ensayo sobre La economía de la salvación y de la secularidad cristiana , en „Scripta Theologica, 9 (1977) 9-128 (recogido en P. RODRÍGUEZ, Vocación, trabajo, contemplación, Pamplona 1986, pp. 124-218).

2 Carta 19-III-1954, n. 9.

Jose Luis Illanes