La Iglesia española celebra la canonización de Escrivá

Numerosos obispos españoles, publica el diario La Razón, muestran su alegría por la santificación del Fundador del Opus Dei «Es un bien para la Iglesia en el mundo y sobre todo para España», aseguran. Muchos concelebrarán con el Papa en Roma.

Más de 500 obispos de todo el mundo concelebrarán.

Conocido personalmente por muchos de los prelados, todos ellos han coincidido en confirmar su santidad de vida. Respecto al punto clave de su mensaje, los obispos subrayan el afán del beato Escrivá por propagar la idea de que la santidad no es patrimonio de unos pocos, sino una vocación de todo cristiano desde que es bautizado.

Tras no pocas vicisitudes y dificultades, monseñor Josemaría Escrivá de Balaguer será invocado como santo a partir del próximo domingo. Alrededor de 235.000 personas de todo el mundo -oficialmente «sólo» hay 80.000 miembros del Opus Dei en la Iglesia- abarrotarán la plaza de San Pedro del Vaticano.

Ricard M. Carles

Arzobispo de Barcelona

«Haber conocido a un santo siempre es un recuerdo imborrable»

Mis recuerdos personales del beato Josemaría Escrivá se remontan a mis años de estudiante en Valencia. Por entonces yo era alumno del Colegio Mayor San Juan de Ribera -centro mas conocido como «El Colegio del Patriarca»-. Don Josemaría venía con frecuencia al colegio, donde teníamos como rector a D. Eladio España. Este sacerdote de la Archidiócesis de Valencia, a quien debo mi vocación sacerdotal -y cuya causa de beatificación ya está en camino-, mantenía una gran amistad con D. Josemaría Escrivá. En una de estas visitas, don Eladio me presentó al beato. Recuerdo que le saludé y conversamos durante un buen rato. Éste es mi recuerdo ante la canonización del próximo domingo. Haber conocido a un santo siempre es un recuerdo imborrable.

Francisco P. F. Golfín

Obispo de Getafe

«Es una alegría para la Iglesia en el mundo y sobre todo para España»

La Iglesia canoniza una persona y un carisma, que no es otra cosa que el espíritu del Evangelio: la llamada a la santidad; insistiendo en la vida ordinaria. Es una alegría para la Iglesia en el mundo entero y sobre todo para la Iglesia en España, ya que Josemaría Escrivá era aragonés. La coincidencia con los 40 años de la convocatoria del Vaticano II nos hace valorar más su aportación a la llamada universal a la santidad.

Un bien para toda la Iglesia

Agustín García Gasco

Arzobispo de Valencia

«A la Iglesia le interesa tener muchos ejemplos como el suyo»

La canonización de Josemaría Escrivá es un gran bien no sólo para los fieles de la Prelatura, sino también para todas las diócesis donde trabajan, y además permitirá relanzar un apostolado de extraordinario calado. El futuro santo es un ejemplo para los sacerdotes de santidad en su ministerio, y también para los laicos, a los que recuerda la llamada universal a la santidad, a través del trabajo y del cumplimiento de los deberes ordinarios del cristiano. Interesan muchos ejemplos como el suyo para que todos nos tomemos con hondura nuestra vocación de cristianos.

Javier Martínez

Obispo de Córdoba

«Escrivá intuyó que la santidad no es una vocación para unos pocos»

El beato Josemaría intuyó que la realidad es santa, y que la santidad no puede ser una vocación para unos pocos que viven vocaciones y caminos raros. La realidad es santa. Dios no está fuera de la realidad. Dios está en las cosas de la vida, Dios está en el trabajo, y el hombre puede encontrar a Dios y puede reconocer y acoger la vida que Dios nos da cuando se abre a Él y vive su presencia en esas realidades. La actividad de cada día, desde la actividad de la madre de familia en su casa o de quien trabaja en cualquier servicio humilde de la sociedad, hasta la actividad de quien tiene una gran responsabilidad es, en el fondo, el lugar donde uno puede encontrar al Señor, vivir para Él, reconocer su presencia y darse a Él por entero, porque todo habla de Él.

Julián López Martín

Obispo de León

«Su aportación más importante fue la de recordar que la san-tidad es para todos»

Para mí, la aportación mas importante de este nuevo santo es la de recordar a todos los fieles la importancia de la santidad para todos, laicos y sacerdotes. En la Iglesia eso ya estaba dicho, pero ha sido Escrivá el que ha sabido hacerlo entender a toda clase de personas.

Adolfo G. Montes

Obispo de Almería

«La fidelidad al Sucesor de Pedro es una nota distintiva de la Obra»

El beato Escrivá hizo de su fidelidad al Sucesor de Pedro una nota distintiva de la Obra. La fe católica del beato Escrivá hizo de él ferviente servidor de los papas al mismo tiempo que amante siervo de María. Su piedad mariana ha encontrado en múltiples manifestaciones sucesión en la obra de sus hijos, pero sin duda alguna que la piedad mariana del beato Escrivá ha quedado reflejada de modo especial en su predilección por el rezo del Rosario, que él tan bellamente comentó.

Carlos Amigo

Arzobispo de Sevilla

«Supo poner el bálsamo de la cruz en las heridas de la Humanidad»

El beato Josemaría Escrivá fue un apóstol entusiasmado de la santidad para todos y de la consagración de las realidades de este mundo a Dios. Maestro experimentado de la vida interior y pregonero incansable del amor de Dios, supo ser buen médico que ponía el bálsamo de la cruz en las heridas de la Humanidad. Ahora es canonizado el que, por encima de todo, quería ser fiel hijo de Dios y de la Iglesia.

Manuel Ureña

Obispo de Cartagena

«Trabajó para gritar a todos que las crisis mundiales son crisis de santos»

Desde que el 2 de octubre de 1928 el Señor le hizo «ver» el Opus Dei, trabajó sin descanso para gritar al oído de todos que las crisis mundiales son crisis de santos (Camino, 301). Para el beato Josemaría, la santidad no es una utopía que sólo algunos selectos pueden alcanzar o un ideal reservado a personas que optan por una forma de vida alejada del mundo y de sus avatares diarios. Él parte de una convicción: el bautismo es una verdadera vocación. Todo bautizado está llamado por Dios a ser santo. Los medios para alcanzar la santidad no están en el estado de vida que cada cual elija, sino en la gracia de Dios, que se nos da a todos en los Sacramentos.

Antonio M. Rouco

Arzobispo de Madrid

«Los santos fueron y se sintieron pecadores como nosotros»

Los santos fueron y se sintieron pecadores como nosotros, necesitados de la redención de Cristo; pero, al mismo tiempo, colaboraron heroicamente con la gracia de Dios para ser perfectos con la perfección de Dios. En Madrid y en octubre de 1928 recibió la inspiración de fundar el Opus Dei para ofrecer el camino de la santidad a personas de todo tipo y condición, santificándose en su trabajo ordinario en medio del mundo.

Francisco Álvarez

Cardenal Primado

«Poseía el carisma de la normalidad , presentando la fe como algo cordial»

El beato Escrivá es una persona que dejó en la Iglesia una fama de santidad a la que somos llamados todos, pequeños y grandes, que, siempre consciente en sus limitaciones, humildemente pedía perdón.

Con toda verdad, poseía el «carisma de la normalidad» presentando la vida de fe y de moral cristiana como algo humano, entrañable y cordial. el resumen de su apostolado es acercar a todos a Cristo, que los laicos deben dar con su vida cristiana testimonio de servicio al Señor, a la sociedad, porque ahí también se hace Iglesia.

Alex Navajas (La Razón)