Desde Taiwán a Madrid

Isabel Ramis tiene 27 años, es mallorquina y numeraria del Opus Dei. Desde el año 2008, vive en Taiwán y trabaja en una radio internacional. Asistió a la JMJ con un pequeño grupo de estudiantes taiwanesas.

Cuando el prelado del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría, me preguntó si quería ir a Taiwán para reforzar la labor apostólica pensé que era una aventura, ¿por qué no lanzarse?, si no me adaptaba siempre estaría a tiempo de volver a España.

La verdad es que la educación que he recibido en mi familia me facilitaba dar ese paso. Mi padre, que ya falleció y que era supernumerario del Opus Dei, nos había inculcado la curiosidad por conocer y comprender otras culturas, y en concreto, la cultura oriental.

Un puesto en una radio internacional

He tenido que dedicar muchas horas al idioma, ahora lo domino bastante aunque todavía me fallan algunos tonos, que son claves en el mandarín. Como tenía que ganar algo de dinero mientras lo estudiaba, encontré trabajo como dobladora española de frases para maquinas electrónicas. Por ejemplo, tenía que decir en un ordenador infantil, "Eres una princesa" o en una máquina expendedora: "Recoja su ticket".

Parece una tontería pero eso me hizo aficionarme a trabajar con mi voz y, cuando me enteré de que había un puesto en una radio internacional, me presenté. Me cogieron y estoy contenta, aunque supone mucho esfuerzo y dedicación.

Llevo tres programas, uno dedicado a los trabajos y oficios legendarios de la isla de Taiwán, en otro leo las cartas y mails de los oyentes, y en el tercero, que es el que más me gusta, explico cuentos y proverbios chinos. Gracias a él, he podido profundizar en algunos aspectos de la cultura del país y también me da la oportunidad de hablar sobre algunos temas profundos e incluso virtudes humanas como la perseverancia, el valor de la sinceridad, etc. En este país hay actualmente un buen nivel de vida –porque los taiwaneses trabajan mucho– y un alto consumismo. Este exceso de bienes materiales hace que, a veces, las personas se olviden de su dimensión espiritual.

Católicos convencidos y piadosos

Desde que llegué, hace más de tres años, vivo en una residencia universitaria del Opus Dei, donde la mayoría de las universitarias, como es general en Taiwán, son taoístas. Tienen creencias que a mí me resultaban muy curiosas. Su religión se basa en el culto a los ancestros y son politeístas: creen en el dios de la casa, en el de la cocina... a los que veneran con servicios materiales y quemando cosas: por ejemplo, queman una casa de papel para que, en otro mundo, su abuelo difunto tenga un sitio donde habitar. También hay bastantes budistas en Taiwán, estas personas entienden un poco mejor una religión monoteísta.

Los católicos son un 2%, así que la labor apostólica de la Iglesia Católica -y por tanto, la del Opus Dei- está orientada especialmente a dar a conocer la fe cristiana y, sobre todo, la persona de Jesucristo. Las conversiones son muy pocas, con cuentagotas, pero cuando un taiwanés acepta la fe, se convierte en un católico convencido y piadoso. Este año, una de las estudiantes de la residencia ha recibido el sacramento del Bautismo.

Vine a la JMJ de Madrid con un grupo de universitarias taiwanesas. Fue una peregrinación dura, por el calor, las incomodidades, etc., especialmente para las que no eran católicas. Pero a todas les ha ayudado mucho ver la alegría de los peregrinos, la hospitalidad y el cariño de los jóvenes hacia el Papa. Pienso que para algunas puede ser un primer paso para conocer a Jesucristo y acercarse a la Iglesia Católica.