Calle de Goya. Iglesia de la Inmaculada Concepción

Recorrido histórico de los lugares fundamentales relacionados con la fundación del Opus Dei

Siguiendo por la calle Lagasca se llega hasta la calle de Goya. Desde la acera de esta calle se divisa, a la derecha, la torre blanca de la iglesia de la Inmaculada Concepción.

Torciendo a la derecha el paseante llega hasta esta iglesia. Es un templo de estilo neogótico con detalles modernistas, construido entre 1902 y 1924. Corona su torre de 44 metros una imagen de la Inmaculada. El edificio lo construyó don Jesús Carrasco, gracias a los donativos y limosnas de los feligreses. Durante la guerra civil el templo fue destruido y restaurado posteriormente.

Esa iglesia guardaba numerosos recuerdos para san Josemaría. En ella, por ejemplo, se celebraron los funerales por el alma de su madre, doña Dolores Albás, en 1941.

En ella conoció el 2 de febrero de 1932 al Siervo de Dios José María García Lahiguera (Fitero, Navarra, 9 de marzo de 1903 - Madrid, 14 de julio de 1989). Eran casi de la misma edad y les unió una profunda amistad.

D. José María García Lahiguera

Poco después, al comienzo de la guerra civil, Lahiguera fue director espiritual del Seminario Mayor, y se dedicó, en la clandestinidad, a atender a los sacerdotes y seminaristas que se vieron en la necesidad de vivir ocultos.

Durante ese periodo, junto a la Madre María del Carmen Hidalgo de Caviedes, se comprometieron a fundar una congregación contemplativa de religiosas -Oblatas de Cristo Sacerdote- dedicada al ofrecimiento de sus vidas por la santificación de los sacerdotes y de la Iglesia,

El 13 de mayo de 1950 fue nombrado obispo auxiliar de Madrid-Alcalá. En 1964 fue nombrado obispo de Huelva y en 1969 es nombrado arzobispo de Valencia, donde permaneció hasta el año 1978. Falleció santamente el 14 de julio del año 1989. Su causa de canonización se inició en 1995.

El 2 de febrero de 1932, san Josemaría entró en la madrileña iglesia de la Concepción, mientras predicaba desde el púlpito, con gran fe y encendimiento, un sacerdote joven, José María García Lahiguera. Al escucharle hablar de Dios de ese modo, san Josemaría quiso conocerle personalmente y fue a visitarle aquella misma tarde en el Seminario de Madrid.

“Aunque entonces no le conocía, ni tenía de él referencia alguna -recordaría años más tarde García Lahiguera- desde las primeras palabras que cruzamos, se estableció entre los dos una corriente de cordialidad, de simpatía; quizás a causa de su modo directo y franco de iniciar la conversación.

-¿Tú has visto esta mañana -empezó diciendo-, durante el sermón que has predicado, un sacerdote que te miraba atentamente, sin perder palabra de lo que decías?”.

Durante ese primer encuentro personal, que selló una amistad para siempre entre estos dos hombres, san Josemaría le explicó la tarea que Dios le había encomendado: el Opus Dei.

“Yo estaba firmemente conmovido con lo que iba oyendo -recuerda García Lahiguera- y comprendí enseguida que aquel sacerdote estaba iniciando algo verdaderamente trascendental, de Dios. Era un panorama de apostolado y de servicio a la Iglesia que atraía, maravilloso... Con gran delicadeza, de vez en cuando, se interrumpía para preguntarme si me interesaba lo que me iba contando, y yo, que estaba pendiente de sus palabras, le animaba a seguir.

Don Josemaría, después de explicarme la Obra, sólo me pidió una cosa bien concreta: que rezase para que el Señor le ayudase a llevar el peso que El mismo había echado sobre sus hombros. Prometí hacerlo de todo corazón y nos despedimos. Ese fue el comienzo de una amistad que ha durado tanto como nuestras vidas”.

Otros recuerdos de esta parroquia

Esta parroquia guardaba también gratos recuerdos para el primer sucesor de san Josemaría, el Siervo de Dios Álvaro del Portillo. En ella el obispo de Sigüenza Eustaquio Nieto le administró el sacramento de la Confirmación el 28 de diciembre de 1916, a los dos años, junto con un grupo de niños, de los que fueron padrinos José María de Palacio y Arbazuza, Conde de las Almenas y Carmen Angoloti, Duquesa de la Victoria.

Y recibieron aquí la Primera Comunión el 12 de mayo de 1921 Álvaro del Portillo y José María Hernández Garnica, dos de los tres primeros sacerdotes del Opus Dei.

En esta mismo templo recibió en 1955 la ordenación sacerdotal un grupo numeroso de sacerdotes del Opus Dei: se encontran, entre otros, Javier Echevarría, segundo sucesor del Fundador al frente del Opus Dei y el actual cardenal Mons. Julián Herranz, que celebró en ella las bodas de oro sacerdotales el 7 de agosto de 2005.