Calles de Conde de Aranda y Villanueva

Recorrido histórico de los lugares fundamentales relacionados con la fundación del Opus Dei.

Calle Conde de Aranda

El primer sucesor del Fundador del Opus Dei, Álvaro del Portillo residió durante su infancia y primera juventud en el último piso del nº 16 de esta calle Conde de Aranda, que muestra la fotografía.

Solía asistir a la Santa Misa durante ese periodo a la iglesia de San Manuel y San Benito.

En esta calle residió también durante su infancia y juventud José María Hernández Garnica. Al comienzo de la guerra civil estuvo unos meses refugiado en esta casa, desde donde fue detenido y conducido a la cárcel Modelo.

Calle Villanueva

La siguiente calle que cruza la calle Lagasca es la calle Villanueva. En este centro encargó que se dibujara el sello del Opus Dei, con la Cruz en el mundo.

En el último piso del nº 13 de la calle Villanueva está el centro del Opus Dei donde el Fundador recibió por primera vez la bendición de un hijo suyo sacerdote: Álvaro del Portillo, momento que recoge la fotografía.

Este centro guarda muchos recuerdos del Fundador y de los primeros miembros del Opus Dei. Residieron en este centro los Siervos de Dios Isidoro Zorzano y Álvaro del Portillo.

Cuenta Vázquez de Prada que al día siguiente de la primera ordenación de sacerdotes de la Obra, san Josemaría se fue por la mañana al encuentro de don Álvaro del Portillo, que entonces vivía en este centro de la calle Villanueva. "Quería recibir de sus manos la absolución. Le preguntó si había oído ya alguna confesión; y, al contestarle que no, le dijo: Pues vas a oír la mía, porque quiero hacer confesión general contigo.

Con la novedad de administrar el sacramento, en el momento de tener que dar la absolución al penitente, don Álvaro estaba tan fuertemente emocionado que el Padre se vio obligado a ayudarle a recitar la fórmula de la absolución. Desde entonces hasta su muerte, el Fundador tuvo como confesor a este hijo suyo".