Parque de la Montaña

Recorrido histórico de los lugares fundamentales relacionados con la fundación del Opus Dei.

Saliendo de esta iglesia, y cruzando los Jardines de Ferraz, el viajero llega hasta el Parque de la Montaña, en el que se alza el templo de Debod, regalo del gobierno egipcio por la labor que desarrolló por la misión arqueológica española en la “Campaña de Nubia” organizada por la UNESCO.

En la zona que ocupa ahora el Parque de la Montaña, en la antigua Montaña del Príncipe Pío, tuvieron lugar los trágicos fusilamientos del 2 al 3 de mayo de 1808, que evocó Goya en sus lienzos. Aquí se alzaba en los años 30 del pasado siglo el Cuartel de la Montaña, escenario de una trágica batalla a comienzos de la Guerra civil. De ese Cuartel no queda resto alguno.

La Madre Esperanza

Cruzando hasta la otra acera la calle de Ferraz se llega a la manzana de edificios de la calle Ferraz que limitan con la calle Luisa Fernanda.

En el nº 17 de la calle Ferraz, en esta manzana, residía la Madre Esperanza, Fundadora de la Congregación de las Esclavas del Amor Misericordioso, que sufría durante aquel tiempo la llama “incomprensión de los buenos”. El Fundador fue a visitarla alguna vez para confortarla espiritualmente.

Madre Esperanza

Muy cerca de la Residencia DYA, situada en Ferraz 50, se encontraba el Colegio del Amor Misericordioso, en el nº 17 de la misma calle, dirigido por las Esclavas del Amor Misericordioso, fundadas por una mujer con fama de santidad, la Madre Esperanza de Jesús. Aquellas buenas religiosas se ocupaban -en aquellos tiempos de estrecheces económicas para don Josemaría- de todo lo concerniente al lavado de ropa de la Residencia.Un día determinado de la semana dos religiosas acudían a la Residencia a entregar la ropa y a recibir la de la semana siguiente.

Sor Presentación de Jesús, que conoció a san Josemaría en 1935, evoca su impresión de aquellas breves estancias: "El ambiente de la casa era de serenidad, de alegría, de piedad, de verdadera familia".Sor Presentación explica como en aquellos momentos las Esclavas del Amor Misericordioso atravesaban también un periodo difícil de su historia. "Nuestra Congregación -escribe- pasaba entonces por un momento de grandes dificultades y de incomprensión: hasta se le achacaba a nuestra Madre Esperanza de Jesús Alhama el haber fundado sin permiso del Ordinario del lugar y durante algún tiempo se la tuvo incomunicada.Las entrevistas con don Josemaría le dejaban a nuestra Fundadora una gran paz. Como sucede siempre entre los santos, había entre ellos una gran corriente de comprensión y de aceptación plena de lo que el Señor les estaba pidiendo. (...)

Los dos sufrían incomprensiones de los buenos y trataban de ayudarse a hacer fielmente lo que el Señor les había confiado, y de superar con buen humor, sin desfasarlas, las dificultades".

A Sor Presentación le impresionó profundamente la piedad del Fundador del Opus Dei: "Las misas que celebraba eran algo especial; particularmente emocionaba cuando tenía la Santa Forma en la mano, y al alzarla, permanecía unos segundos mirándola con gran fe y diciéndole, indudablemente, palabras llenas de amor. Era muy amante de la Virgen: empezaba a hablar de Ella y no terminaba. Para él la Virgen era la Madre buena: la quería mucho".

Recuerda Sor Presentación que durante esas conversaciones con la Madre Esperanza, don Josemaría le hablaba con gran amor de la Cruz: "La Cruz puede ser pesada -le decía- pero adelante, el Señor la llevó. Retroceder no es de santos; de santos es llegar al final: adelante. Un día sin Cruz es un día sin Dios".