Plaza de Herradores

Recorrido histórico de los lugares fundamentales relacionados con la fundación del Opus Dei.

Desde la calle Mayor, caminando en dirección al Palacio de Oriente, se llega, por la acera de la derecha, hasta la calle de San Felipe Neri.

Esta calle de San Felipe Neri lleva al paseante hasta la Plaza de Herradores. En esta Plaza de Herradores trabajaba el gremio de los herradores en el siglo XVII. Los escritores costumbristas recuerdan como estos artesanos colocaban sus bancos para herrar en la mitad de la plaza, produciendo unos grandes atascos.

En octubre de 1936, durante la persecución religiosa que sufrió el país —una de las persecuciones más sangrientas de la historia del cristianismo— san Josemaría se vio obligado a refugiarse en casa de los Herrero Fontana, que residían en un entresuelo de la Plaza de Herradores, número 4.

Permaneció en esta casa pocos días, porque el lugar no era seguro. El Fundador pasó también en esta casa de Herradores, por los azares de la guerra, la noche del 6 al 7 de octubre de 1936.

Declararse sacerdote en aquellos momentos equivalía a una pena de muerte. Todas las iglesias estaban cerradas o destruidas; y la vida cristiana había vuelto a un régimen de catacumbas.