9) La Iglesia se alegra en el centenario de Josemaría Escrivá

Nagasaki, Sidney, Kinshasa, Lublin, París... Obispos de todo el mundo presidieron las Misas con ocasión del centenario del nacimiento del beato Josemaría. Ofrecemos una selección de sus palabras.

Cardenal Jean-Marie Lustiger, arzobispo de París.

"Josemaría Escrivá es una de esas figuras que atraviesan los siglos y señalan, de alguna manera, al observador atento, lo que el Espíritu está realizando en su Iglesia. La tarea precisa que la Providencia encomendó al beato Josemaría incide sobre uno de estos mensajes: poner por obra la llamada a la santidad de todo el pueblo cristiano".

Cardenal Norberto Rivera, arzobispo primado de México.

"Lo mismo que el beato Juan Diego y tantas hermanas y hermanos nuestros que gozan de la bienaventuranza eterna, el beato Josemaría se suma esa muchedumbre tan variada de santos, que no son personas especiales, super-hombres, sino seres normales y corrientes como nosotros, con la diferencia de haber sido instrumentos fieles de Dios".

Cardenal Jaime Sin, arzobispo de Manila.

"Pero quizá más importante que ésa u otras muchas curaciones, son las incontables conversiones atribuidas a su intercesión. El mensaje del beato Josemaría —descubrir a Dios en las circunstancias ordinarias de la vida— ha removido a muchos. El beato Josemaría es realmente un poderoso intercesor ante Dios. Os animo a que le encomendéis vuestras necesidades espirituales y materiales"

Cardenal Francis George, arzobispo de Chicago.

"Hoy hace cien años, nació Josemaría Escrivá. Un hombre enamorado de Dios, a quien por la fe reconoció como nuestro Salvador, como el Salvador del mundo. Jesús le llamó para predicar la palabra de Dios, como un pescador, como un evangelizador".

Cardenal Frédéric Etsou, arzobispo de Kinshasa.

"El centenario del nacimiento del beato Josemaría ocurre en un momento de conflictos en el mundo, y particularmente en nuestro país. (...). Nos conviene descubrir y vivir la predicación del beato Josemaría: una constante llamada a aprender a vivir juntos, a trabajar juntos; sin dar importancia a la raza, al contexto cultural, a las convicciones religiosas, a la condición social, a las opciones políticas".

Monseñor George Pell, arzobispo de Sidney.

"El beato Josemaría trabajó para ayudar a la gente a conocer más y mejor a Dios. Definió la labor del Opus Dei como una gran catequesis. Y catequesis fue lo que él hizo durante toda su vida, con una forma de expresión que empapaba la doctrina con la novedad del Evangelio, que es «siempre viejo y siempre nuevo» (Mt. 13,52)".

Cardenal Miguel Obando Bravo, arzobispo de Managua(Nicaragua).

"Mons. Escrivá de Balaguer siguió siempre el ejemplo dado por Jesús: de hacer y enseñar. La impronta de su personalidad ha dejado un profundo surco en la vida de la Iglesia: con sus palabras y con sus obras suscitó en todo el mundo un renovado espíritu cristiano entendido como servicio a los demás hombres con auténtica y operativa caridad".

Monseñor Kaname Shimamoto, arzobispo de Nagasaki.

"La mejor felicitación que podemos dirigir al beato Josemaría en el centenario de su nacimiento es hacer el propósito de seguir con fidelidad su espiritualidad. Y también esforzarnos por inspirar en el fondo de las conciencias de la sociedad de hoy y en nuestros contemporáneos el sentido de Dios. En otras palabras: manifestar nuestro propósito de dedicarnos a la nueva evangelización".

Cardenal Giacomo Biffi, arzobispo de Bolonia (Italia).

"Su aventura humana, cristiana, sacerdotal —una aventura lineal y extraordinaria al mismo tiempo— se enmarca plenamente en el siglo XX. Si se aprende a interpretar los acontecimientos con los ojos penetrantes de la fe, no es difícil ver en esta maravillosa existencia la respuesta misericordiosa de Dios a las incisivas interpelaciones de uno de los siglos más complicados y trágicos de la historia".

Monseñor Sigitas Tamkevicius, arzobispo de Kaunas(Lituania).

"Estoy convencido que la Iglesia Católica en Lituania necesita el espíritu del beato Josemaría encarnado en sus hijos, quienes lleven el auténtico Magisterio de la Iglesia (...).".

Mons. Józef Zyczyñski, arzobispo de Lublin (Polonia).

"Así como Cristo no habló sólo de la Cruz sino que, sobre todo, murió en la Cruz por nosotros, así nuestro Beato no sólo habló de santidad en el trabajo sino que la realizó en su vida siendo él santo y santificando a otros".

Monseñor Peter Henrici, S.J., obispo auxiliar de Zurich.

"Al principio he dicho que yo considero al beato Josemaría como una de las figuras más importantes del Catolicismo del siglo XX, y les debo una explicación. El beato Josemaría fue uno de los primeros [...] en reconocer la importancia de los laicos en la Iglesia. Y propuso una espiritualidad adecuada a sus necesidades específicas. En esto fue un pionero. [...] Ha tenido realmente el mérito y probablemente también la gracia de ser el primero en recorrer este camino. Recemos pues para que su Obra continúe siendo bien guiada de acuerdo con su espíritu, y que muchos laicos encuentren su vocación en la vida cotidiana".