La Obra nació pequeña

“La herencia de Mons. Escrivá de Balaguer”, escrito por Luis Ignacio Seco.

Veamos ahora lo que pensaba expresamente de sí mismo y de la Obra el propio Fundador del Opus Dei.

Hace la pregunta en octubre de 1967 el teólogo Dr. Pedro Rodríguez, entonces director de la revista Pala bra:

–En diversas ocasiones, y al referirse al comienzo de la vida del Opus Dei, usted ha dicho que únicamente poseía «juventud, gracia de Dios y buen humor». Por los años veinte, además, la doctrina de) laicado aún no había alcanzado el desarrollo que actualmente presenciamos. Sin embargo, el Opus Dei es un fenómeno palpable en la vida de la Iglesia. ¿Podría explicarnos cómo, siendo un sacerdote joven, pudo tener una comprensión tal que permitiera realizar este empeño?

«Yo no tuve y no tengo otro empeño que el de cumplir la Voluntad de Dios: permítame que no descienda a más detalles sobre el comienzo de la Obra –que el Amor de Dios me hacía "barruntar" desde el año 1917–, porque están íntimamente unidos con la historia de mi alma, y pertenecen a mi vida interior. Lo único que puedo decirle es que actué, en todo momento, con la venia y con la afectuosa bendición del queridísimo Sr. Obispo de Madrid, donde nació el Opus Dei el 2 de octubre de 1928. Más tarde, siempre también, con el beneplácito y el aliento de la Santa Sede y, en cada caso, de los Rvmos. Ordinarios de los lugares donde trabajamos».

Quien interroga en esta ocasión es Petcr Forbath, corresponsal de Time (Nueva York), el 15 de abril de 1967:

–¿Querría describir cómo se ha desarrollado y evolucionado el Opus Dei, tanto en su carácter como en sus objetivos, desde su fundación, en un período que ha sido testigo de un enorme cambio dentro de la misma Iglesia?

«Desde el primer momento el objetivo único del Opus Dei ha sido el que le acabo de describir: contribuir a que haya en medio del mundo hombres y mujeres de todas las razas y condiciones sociales que procuren amar y servir a Dios y a los demás hombres en y a través de su trabajo ordinario. Con el comienzo de la   Obra en 1928, mi predicación ha sido que la santidad           no es cosa para privilegiados, sino que pueden ser divinos todos los caminos de la tierra, todos los estados, todas las profesiones, todas las tareas honestas. Las implicaciones de ese mensaje son muchas y la expe riencia de la vida de la Obra me ha ayudado a conocer las cada vez con más hondura y riqueza de matices. La Obra nació pequeña, y ha ido normalmente creciendo luego de manera gradual y progresiva, como crece un organismo vivo, como todo lo que se desarrolla en la historia.

»Pero su objetivo y razón de ser no ha cambiado ni cambiará por mucho que pueda mudar la sociedad,         porque el mensaje del Opus Dei es que se puede santificar cualquier trabajo honesto, sean cuales fueran las circunstancias en que se desarrolla.

»Hoy forman parte de la Obra personas de todas las profesiones: no sólo médicos, abogados, ingenieros y artistas, sino también albañiles, mineros, campesinos, cualquier profesión: desde directores de cine y pilotos de reactores hasta peluqueras de alta moda. Para los miembros del Opus Dei el estar al día, el comprender el mundo moderno, es algo natural e instintivo, porque son ellos- junto con los demás ciudadanos, iguales a ellos,- los que hacen nacer ese mundo y le dan su modernidad.

»Siendo éste el espíritu de nuestra Obra, comprenderá que ha sido una gran alegría para nosotros ver como el Concilio ha declarado solemnemente que la Iglesia no rechaza el mundo en que vive, si su progreso y desarrollo, sino que lo comprende y ama. Por lo demás es una característica central de la espiritualidad que se esfuerzan en vivir – desde hace casi cuarenta años- los miembros de la Obra, el saberse al mismo tiempo parte de la Iglesia y del Estado, asumiendo cada uno plenamente, por lo tanto, su individual responsabilidad de cristiano y de ciudadano. »

Y el mismo periodista formula una nueva pregunta:

- ¿Querría describir cómo y por qué fundó el Opus Dei y los acontecimientos que considera lo hitos más importantes de su desarrollo?

»¿Por qué? Las obras que nacen de la voluntad de Dios no tienen otro porqué que el deseo divino de utilizarlas como expresión de su voluntad salvífica universal. Desde el primer momento la Obra era universal, “católica”. No nacía para dar solución a los problemas concretos de la Europa de los años veinte, sino para decir a hombres y mujeres de todos los países, de cualquier condición, raza, lengua o ambiente – y de cualquier estado: solteros, casados, viudos, sacerdotes -, que podían amar y servir a Dios, sin dejar de vivir en su trabajo ordinario, con su familia, en sus variadas y normales relaciones sociales.

» ¿Cómo su fundó? Sin ningún medio humano .Sólo tenía yo veintiséis años, gracia de Dios y buen humor. La Obra nació pequeña: no era más que el afán de un joven sacerdote que se esforzaba por hacer lo que Dios le pedía.

» Me pregunta usted por hitos. Para mi, es un hito fundamental en la Obra cualquier momento, cualquier instante en que, a través del Opus Dei, algún alma se acerca a Dios, haciéndose así más hermano de sus hermanos los hombres».